La historia de Apple está llena de luces y sombras. Y es precisamente en una de esas sombras en las que la compañía exploró otras vías para intentar mantener a flote su negocio. Durante el impass en el que Steve Jobs no estuvo en Apple, esta se lanzó a diseñar videoconsolas y puso sobre la mesa el proyecto de los cibercafés.

Diseño, café y informática iban a dar como resultado una red de cibercafés de diseño que estarían ubicados en las principales ciudades del mundo, según Idealista. El grupo de la manzana eligió Los Ángeles como la primera localización para Apple Café, un establecimiento en el que sus clientes podrían disfrutar de un buen café mientras navegaban por la Red.

Con una superficie de más de 1.400 metros cuadrados, el Apple Café sería el lugar ideal para que la empresa estadounidense expusiera sus productos. Pese a ello, el proyecto quedó sobre el papel porque en 1997 Apple se quedó sin dinero y sus acciones cerraron su cotización en Wall Street a 13,19 dólares.

En verano, Jobs regresó a Apple y, como medida para rescatar a la empresa, paralizó todos los proyectos que no se identificaran con el ADN del grupo. A día de hoy, Apple es una de las principales compañías tecnológicas del mundo.