Cómo la falta de luz solar en invierno afecta nuestro sueño y estado de ánimo
El invierno puede afectar nuestra calidad de sueño, pero las siestas breves son una solución efectiva para combatir la fatiga y mejorar el bienestar.
El sueño es crucial para nuestro bienestar general, ya que una buena calidad de sueño se asocia con la conservación y restauración de energía. Sin embargo, durante el invierno, cuando los días son más cortos y hay menos acceso a la luz solar, nuestra capacidad para descansar adecuadamente puede verse comprometida. Según expertos, aprovechar la siesta puede ser una solución efectiva para combatir la fatiga y mejorar nuestro estado de ánimo.
Expertos como Kelly Murray, coach certificada de sueño, explican que la falta de luz solar en invierno puede desregular nuestro ritmo circadiano y afectar la producción de hormonas como el cortisol, que nos mantiene alertas, y la melatonina, que induce el sueño. Esta alteración puede contribuir a trastornos como el trastorno afectivo estacional (SAD), que afecta a aproximadamente 10 millones de personas, causando una disminución en la motivación y dificultando el mantenimiento de buenos hábitos de sueño.
La investigación indica que los adultos sanos requieren entre 7 y 9 horas de sueño de calidad cada noche. Sin embargo, más del 35% de los estadounidenses no alcanzan este objetivo y sufren de privación del sueño. Una siesta adecuada, de entre 15 y 20 minutos, puede ser un gran aliado para restaurar la alerta y mejorar el rendimiento cognitivo sin entrar en etapas profundas de sueño que puedan causar sensación de aturdimiento.
Además, se ha demostrado que las siestas pueden aliviar el estrés, que tiende a aumentar en períodos como las festividades, afectando de este modo la calidad del sueño. Dr. Lindsay Browning, experto en sueño, señala que una siesta puede ofrecer a nuestro cerebro y cuerpo un breve descanso que les permita recuperarse y afrontar el resto del día con mayor energía y concentración.
Para sacar el máximo provecho de una siesta, es importante hacerlo correctamente. Los expertos sugieren que se realicen en la tarde, idealmente después del almuerzo y antes de las 3 p.m., para evitar interferencias con el sueño nocturno. Un ambiente oscuro y tranquilo, con una temperatura entre 15-20 °C, puede facilitar un descanso más efectivo. Utilizar tapones para los oídos o ruido blanco también puede ayudar a minimizar las distracciones externas.
En definitiva, mientras que las siestas no sustituyen a una buena noche de descanso, son una herramienta valiosa para mejorar el estado de alerta, la memoria y el humor, especialmente durante los meses de invierno, cuando el riesgo de padecer los síntomas del 'Blue Monday' aumenta.