La tecnología permite registrar un incremento significativo de erupciones solares

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La tecnología permite registrar un incremento significativo de erupciones solares

En 2024, la actividad solar alcanza un récord histórico con 54 erupciones de clase X, impactando comunicaciones y generando asombrosas auroras.

Descripción

El año 2024 ha sido testigo de un aumento sin precedentes en la actividad solar, con un total de 54 erupciones de clase X registradas, la cifra más alta desde 1996. Este fenómeno se atribuye principalmente al inicio del máximo solar, la fase más activa del ciclo solar de 11 años, que comenzó en 2023. Sin embargo, los avances tecnológicos en la detección de estas erupciones también han contribuido al incremento en los registros.

Las llamaradas de clase X son consideradas las más intensas y pueden afectar la comunicación satelital y las redes en la Tierra. A pesar de que el monitoreo avanzado ha permitido identificar un número mayor de erupciones, lo que genera un aumento en las estadísticas, también complica las comparaciones con datos previos, creando incertidumbre sobre el impacto real de estas explosiones solares.

El científico Carl Shneider, de la Universidad de Luxemburgo, comenta que estos avances han mejorado significativamente nuestra capacidad para observar la actividad solar y sus efectos en el entorno terrestre, lo que, si bien es positivo para nuestro entendimiento del Sol, puede generar confusión al analizar registros históricos menos fiables.

Desde que se comenzaron a recopilar datos más precisos en 1996, el récord anterior de llamaradas de clase X se había establecido en 34, en 2001, y solo otras cuatro veces se había superado la veintena. Con el reciente auge, se han registrado 54 erupciones en 2024, mientras que el inicio de 2025 ya ha contabilizado tres erupciones en solo cuatro días.

Las erupciones solares están frecuentemente asociadas a eyecciones de masa coronal, que pueden causar tormentas geomagnéticas significativas. De hecho, en mayo de 2024, una de estas eyecciones provocó la tormenta geomagnética más intensa en 21 años. Este incremento en la actividad solar también ha generado auroras de gran intensidad, registradas como las más brillantes en los últimos 500 años.

Con la continuación del máximo solar en 2025, los especialistas advierten sobre la necesidad de estar atentos a los efectos que estas erupciones puedan tener en los satélites y redes de comunicación terrestres, ya que podrían presentar inconvenientes importantes en su funcionamiento.