Adolfo Borrero (Aalto): “Las ‘smart cities’ están rompiendo los silos entre departamentos”
El consejero delegado de Aalto Consultores y presidente de la Comisión de Smart Cities en Ametic considera que gran parte del avance de las ciudades inteligentes está en los modelos de negocio provenientes de la colaboración público-privada.
Adolfo Borrero es consejero delegado de Aalto Consultores desde 2016 y presidente de la Comisión de Smart Cities en Ametic desde 2012. Ingeniero Industrial por la Universidad de Sevilla y MBA de Dirección de Empresas por el Instituto Internacional San Telmo, el directivo lleva más de veinte años trabajando en tecnologías aplicadas a las ciudades. El también presidente de la Comisión de Smart Cities de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (Ceoe) opina que las ciudades inteligentes contribuyen a romper los silos entre departamentos, algo que favorece la colaboración público-privada. Esto último se antoja necesario, de acuerdo con el directivo, para el avance de la tecnología y nuevas oportunidades de negocio.
Pregunta: ¿Es pronto para hablar de que existen ciudades smart hoy en día?
Respuesta: Hay mucha gente que piensa que es un concepto muy novedoso y, francamente, no lo es tanto. La tecnología aplicada a la movilidad en ciudades, la sensorización o los sistemas adaptativos de control están presentes desde hace años. Hay dos elementos novedosos. Uno es la disrupción de Internet y, sobre todo, del smartphone como dispositivo de interfaces del ciudadano, con el que se empodera y se democratiza más la tecnología. El otro es la aparición de actores que ya estaban en la ciudad y que se están haciendo corresponsables del concepto. Por ejemplo, los urbanistas o los arquitectos tradicionalmente se dedicaban a la ciudad pero no aplicaban la tecnología. Hoy sí la consideran como un elemento, en algunos casos, obligatorio.
P.: ¿En qué punto estamos en España?
R.: Se está consolidando el término. Bajo el nuevo paradigma, estamos en fases iniciales de aplicación del concepto, lo cual no quiere decir que la tecnología no estuviera presente anteriormente en la ciudad. Es un proceso de evolución donde se tienen que considerar a otros actores y con el condicionante de que el ciudadano pasa a estar en el núcleo.
P.: ¿Qué está por llegar?
R.: Hay nuevas tecnologías disruptivas, denominadas habilitadoras, que están en sus prolegómenos. Por ejemplo, la inteligencia artificial todavía no se ha desarrollado suficiente. Es más, no hemos visto nada importante aún en inteligencia artificial aplicada a ciudades, por lo que el campo de actuación es enorme. De tecnología blockchain ya hay procesos transparentes a la hora de tener en cuenta la opinión del ciudadano, pero también son pilotos que aún se están comenzado a utilizar. Es un proceso evolutivo, porque hoy hablamos de estas tecnologías, pero dentro de unos años hablaremos de otras, por lo que no se detendrá.
“Los datos no se están explotando bien, sobre todo a la hora de correlacionar información”
P.: ¿Qué grado de importancia adquieren los datos en las smart cities?
R.: Los datos tienen muchísima utilidad dependiendo de la fuente, la calidad, la propiedad y de quién los use. Hay varias formas de explotarlos. Por ejemplo, un ayuntamiento maneja una gran cantidad de información, que puede estar a disposición de la comunidad académica, lo cuál es muy útil para el desarrollo de aplicaciones. Ocurre lo mismo con el mundo del emprendimiento y las start ups, donde se abre otra área de actuación. Es una riqueza que sirve para la creación de savia nueva dentro de la ciudad y para la atracción de talento, algo que hacen muy bien Madrid, Barcelona o Málaga.
P.: ¿Se están explotando bien los datos?
R.: Los datos no están bien explotados en general, sobre todo a la hora de correlacionar información. Las plataformas de ciudades inteligentes están rompiendo los silos que hay entre diferentes departamentos de la ciudad. No hay referencias en el mercado de explotación cruzada de datos, lo cual sería muy interesante para, por ejemplo, sistemas de seguridad en la ciudad.
P.: ¿Cómo se reparten las concesiones con la entrada de actores digitales?
R.: Curiosamente, en ciudades se está dando un caso interesante. Algunas de las grandes constructoras tienen una rama de servicios en los que se incluye limpieza o suministro de agua. Ahora se están aprovechando esas concesiones para introducir tecnología dentro de la ciudad. Donde antes había una concesión tradicional, ahora hay mucha tecnología. Hoy el cliente de la empresa tecnológica ya no es el ayuntamiento directamente, es la concesionaria. A quién se le debe vender tecnología, aunque se tenga que prescribir al ayuntamiento, es a la concesionaria, con lo cual se da un cambio de paradigma en el modelo de negocio.
P.: Administración, empresa o ciudadanía. ¿Quién debe liderar el cambio?
R.: Soy partidario de la colaboración público-privada. Donde se encuentra el gran avance es en los modelos de negocio en los que se implican las dos partes. Por ejemplo, se ve en el sector energético con los ahorros que se pueden producir con el uso de sistemas inteligentes de iluminación y de eficiencia energética. El ayuntamiento tiene un presupuesto asignado para ese gasto, pero si una empresa invierte en tecnología se puede lograr un ahorro. Este, a su vez, puede repagar la inversión privada. Estas iniciativas en las que el actor privado invierte y el público concesiona son modelos en los que las smart cities están siendo especialmente novedosas.
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