Antonio González-Barros (Grupo Intercom): “El grupo líder de cada sector en Internet no es el que tocaba”
El cofundador y presidente de Grupo Intercom, una de las primeras incubadoras de negocios de Internet en España, ha asistido al nacimiento de empresas como Softonic o Infojobs y actualmente analiza el sector con la vista puesta en el futuro.
Antonio González-Barros es cofundador y presidente de Grupo Intercom, una de las primeras incubadoras de negocios de Internet que vio la luz en 1995. Pade por el Iese, el directivo lleva más de veinte años vinculado al negocio digital. González-Barros ha asistido al nacimiento de empresas como Softonic o Infojobs, ha vivido el estallido de la burbuja de las puntocom en España y actualmente analiza el sector con la vista puesta en el futuro. “Hay doce tecnologías nuevas que están llegando -explica-; la pregunta es: ¿cómo puede afectar a mi negocio la combinación de estas tecnologías?”.
Pregunta: Usted es cofundador de uno de los proyectos más activos durante el nacimiento de muchos negocios relacionados con Internet en España. Ahora está muy centrado en leer este mundo e identificar los retos que vienes. ¿Cómo ve este mundo?
Respuesta: Una primera reflexión. Hace diez años revisé el top 50 de las empresas de mayor audiencia en el mundo de Internet. No tenía ni la más mínima lógica que ninguna de esas estuviera allí.
P.: ¿Por qué?
R.: Imagine cuando nacen las primeras compañías online de viajes. Qué tiene más sentido, ¿que se lleven el gato al agua unos chavales que empiezan en un garaje o un Viajes Halcón americano con 1.500 puntos de venta en la calle? Dígame cuál es la diferencia de potencia de fuego entre unos y otros. Pues van y lo consiguen Experia, Booking y TripAdvisor. Observe la diferencia de potencia de fuego entre los que han tirado adelante con fintech versus los bancos. No hay ni un banco detrás de ellos. Dígame la diferencia de fuego entre los líderes de clasificados de empleo y los que tenían el monopolio de la oferta y demanda de empleo, que solía ser un periódico por ciudad. Si hablamos de Amazon, ¿qué diferencia hay entre alguien que lo empieza de cero o alguien como Walmart? Con Netflix, ¿era más fácil montarlo siendo Pepe Pérez o Time Warner? En cada sector donde se ha consolidado un líder en Internet, no ha sido el que tocaba.
P.: ¿Qué ha ocurrido para que no sea el líder que toca?
R.: Las personas con muchos años de trayectoria a nuestras espaldas tenemos un gran problema para desaprender lo que hemos aprendido. Yo, que llevo veinte años en el sector, he fijado toda una serie de reglas del juego que tienen que ver con todo lo que he vivido durante los últimos veinte años, no con lo que está ocurriendo hoy en día. En su día, ni una sola compañía fue capaz de analizar la única tecnología que estaba llegando muy lentamente: Internet. Hubo mucho tiempo para analizar como esta tecnología podía afectar al modelo de negocio. Era una única pregunta, había tiempo para responderla pero se podía ver como, con lentitud, el sector se iba conformando. Hubo cero aciertos entre los cincuenta top mundiales. La pregunta actual es diferente.
“Hubo cero aciertos entre las primeras cincuenta empresas del mundo”
P.: ¿Cuál sería?
R.: Hoy hay doce tecnologías nuevas que están llegando. Combinando estas doce tecnologías, ¿en qué puede afectar a las empresas? Si yo soy el BBVA, ¿cómo puede afectarme el blockchain mezclado con la inteligencia artificial? ¿Y el big data con el 5G?
P.: Parece que las grandes empresas ya empiezan a hacerse estas preguntas, ¿no?
R.: Una cosa es lo que intentamos y decimos a nosotros mismos, y otra cosa es lo que de verdad hacemos. Un directivo del sector bancario hablará de blockchain y de inteligencia artificial. Otro de industria podrá hablar también de robótica o impresión 3D. Pero de ahí a realizar el análisis de pensar en qué puede afectar al negocio la combinación de estas doce tecnologías que vienen… Esto no está ocurriendo.
P.: Si no se realizó este análisis con Internet, ¿por qué se está dejando pasar esta segunda ola?
R.: Si a mi ya me cuesta percibir con cierto acierto en qué consiste esto que viene, imagine a las grandes empresas, con estructuras complejas y grandes equipos directivos. Es muy complicado cambiar las cosas en el seno de una empresa. Todos consideramos que es muy importante aprender y desaprender, pero de creerlo a ejecutarlo hay un trecho.
“Amazon se ha llevado el gato al agua con el tema del retail en España, pero esto no significa que Walmart no continúe ganándose la vida”
P.: ¿Qué ocurrirá si no se consigue superar este punto?
R.: Las grandes compañías tienen muchas fortalezas, algunas caen pero son pocos. Sus sinergias, las barreras de entrada, los clientes… Les permite seguir. Amazon se ha llevado el gato al agua con el tema del retail, pero esto no significa que Walmart no continúe ganándose la vida. Una fintech quizás alcance una cotización similar a la de un gran banco europeo, pero esto no implica que estos vayan a perder su posición.
P.: ¿Cómo conjugan estas estructuras con la atracción del talento?
R.: Cada compañía tiene su cultura. Las empresas grandes no se pueden considerar un sistema monolítico. A veces hay áreas y rincones donde ocurren cosas muy interesantes. Es evidente que hay toda una serie de gente a la que no le va trabajar en una gran corporación porque les falta marcha y consideran que no está habiendo la adecuación que tendría que haber. Hay empresas refractarias a las personas jóvenes que buscan un nivel determinado de innovación. Pero siempre ha sido así.
P.: España es un país de pequeñas y medianas empresas, ¿cómo les afectará a estas las tecnologías que vienen?
R.: Muchos negocios se verán fuertemente impactados por disrupciones tecnológicas. Son muchas las que vienen y se retroalimentan entre ellas. Detrás del mundo actual hay una sola tecnología exponencial que ha cambiado el mundo y que cada dos años duplica su número de transistores y, por ende, incrementa su potencia: los microprocesadores. Hoy hay diferentes tecnologías creciendo de forma exponencial y combinándose. ¿Sabe lo que viene con el 5G? Es una locura. Si las empresas no vimos qué se venía encima con sólo una tecnología, imagine con el big data, la inteligencia artificial o la impresión 3D. Será brutal. Imagínese el día que las empresas puedan alquilar una máquina que, por unas decenas de miles de euros, pueda identificar patrones y variables de la base de datos de la compañía sin tener que hacer las preguntas adecuadas. Muchas de estas tecnologías se democratizarán.
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