Carlos Cuffí (MWC): “La empresa que no vea el potencial del 5G perderá una oportunidad”
El director del proyecto 5GBarcelona apunta a la importancia de las alianzas entre operadores de telefonía, empresas, fabricantes y Ayuntamientos para poder acelerar en el terreno de la quinta generación de redes móviles de banda ancha.
Carlos Cuffí asumió la dirección del programa 5GBarcelona el pasado marzo, una iniciativa impulsada por la Fundación Mobile World Capital, la Generalitat de Catalunya, el Ayuntamiento de Barcelona, la Fundació i2Cat, el Centre Tecnològic de Telecomunicacions de Catalunya (Cttc), Atos y la Universitat Politècnica de Catalunya (UPC). El proyecto fue concebido para convertir Barcelona en “un laboratorio experimental” y trabaja en distintos pilotos para explorar casos de uso de la tecnología 5G. Qué nuevos servicios pueden existir, cómo pueden monetizarse o qué negocios aflorarán son algunas de las cuestiones que intenta resolver.
Pregunta: ¿En qué punto se encuentra el proyecto 5GBarcelona?
Respuesta: Barcelona quiere convertirse en una de las primeras ciudades en desplegar las infraestructuras para el 5G. La iniciativa va encaminada a convertir la ciudad en un laboratorio experimental y abierto de esta tecnología, siendo una de las primeras en atraer inversiones tanto por parte de los operadores de telefonía como por parte de los verticales (industria 4.0, automoción, salud…). Trabajamos en varias líneas, desde la financiación competitiva hasta el desarrollo de pilotos. Esto último es importante porque la forma que tienen los operadores de descubrir cómo aplicar esta tecnología son los casos de uso. ¿Qué nuevos servicios pueden existir? ¿Cómo pueden monetizarse? ¿Qué negocios aflorarán? Desde 5GBarcelona impulsamos pilotos para incentivar estas soluciones.
P.: ¿En qué pilotos se está trabajando?
R.: En cuatro pilotos concretos que se presentarán en el próximo Mobile World Congress, y hay otros diez en cartera. Son proyectos que no se abordan solos, el operador de telefonía trabaja con un socio porque no puede hacerlo por sí mismo, como sería el caso del negocio de la conducción autónoma. Por un lado está el operador, por otro el vertical, por otro el vendor (el que fabrica las antenas) y, en algunos casos, incluso puede intervenir la Administración Pública. Uno de los pilotos en los que estamos trabajando está relacionado con la teleasistencia médica en operaciones quirúrgicas, asesorando a médicos que estén operando en tiempo directo en un proyecto conjunto con una teleco y una start up.
P.: ¿Y cómo van los operadores de telefonía a monetizar un caso como este?
R.: En este caso, el servicio ya existe, pero al aplicarle la tecnología 5G puede crear un servicio nuevo en conjunto con la otra empresa. Otro ejemplo podría ser el del coche conectado. Cuando un semáforo se comunica con el coche para indicarle que hay un peatón a la vuelta de la esquina, quién habla con el coche y le anticipa el problema es la infraestructura de la ciudad. Y esto también es 5G. En este caso, podría tratarse de un servicio que el Ayuntamiento ofrece a los coches que circulan por la ciudad tras haberlo contratado, previamente, a un operador de telefonía. O podría ser el fabricante de coches quién, junto al operador, brindara este servicio. Aún no hay nada definido. La clave de estos pilotos es, en primer lugar, comprobar que funcionan a nivel tecnológico. En segundo lugar, que responden a las necesidades que tienen las empresas y, en tercer lugar, intentar descubrir cuáles son los nuevos modelos de negocio que afloran.
“La clave de los pilotos es comprobar que funcionan a nivel tecnológico y que responden a las necesidades de las empresas”
P.: ¿El coste de las inversiones en 5G se desplazará al usuario?
R.: Dependerá de los modelos de negocio que afloren. Quizás se trate de un coste que asuman las compañías y lo ofrezcan en contraprestación a sus clientes de forma gratuita, monetizándolo por otra vía. O quizás sí que lo trasladarán a sus clientes y este decidirá si lo acepta o no. Un hospital podría contratar este servicio de teleasistencia remota y quizás le compensa porque el médico no tiene que desplazarse hasta el sitio. En otros casos, seguramente el coste del servicio sanitario es mucho más económico porque no es necesario que el médico se desplace. Es mucho más eficiente sin descuidar que la calidad de la asistencia es mejor, por lo que sale a cuenta. Pero no hay que pensar sólo en grandes corporaciones que necesiten amortizar estas inversiones, también hay muchas start ups y pymes con mucho campo por recorrer.
P.: Hay muchas oportunidades para muchos actores, pero los operadores de telefonía siguen siendo quienes realmente asumen una gran parte de la inversión.
R.: Sí, el operador tiene que entrar sí o sí, salvo algún caso puntual, porque es quién posee las licencias de frecuencias. Por tanto, tiene que participar el juego y descubrir su propio rol. Ligado a todo esto también destaca el despliegue en ciudades.
P.: Exacto, ¿cómo está previsto?
R.: Las ciudades tienen que definir qué modelo escogerán para desplegar estas infraestructuras. El despliegue del 5G incluye la instalación de small cells, pequeñas antenas integradas en el espacio urbano, como farolas o marquesinas. El Ayuntamiento debe decidir cómo realiza este despliegue y qué licitaciones llevará a cabo para que las empresas puedan participar en ello. Aquí entran en juego distintas variables: cómo llega la fibra al mobiliario urbano, cómo se explota y qué servicios irán por encima. Todo esto aún no está claro. Puede que cada operador lleve su fibra, o que sólo una empresa ponga la fibra y cada operador ponga su antena. Incluso es posible, aunque de momento está en desarrollo, que una sola antena dé servicio a tres operadores.
“La Unión Europea está en la cola, pero tiene que intentar no perder el tren”
P.: En términos de competitividad, ¿considera que Europa está siendo suficientemente ambiciosa en comparación con Estados Unidos o China?
R.: Es cierto que Estados Unidos y China van por delante, pero entiendo que está relacionado con la atomización de las empresas de telecomunicaciones de estos países. En China hay tres compañías muy relevantes, mientras que en Estados Unidos existen pocos players a parte de Verizon y AT&T. Uno de los problemas en Europa es que hay muchas empresas y la estrategia de despliegue no está armonizada. La Unión Europa está dando algunos pasos en este campo, con líneas de financiación para el 5G o licitaciones relacionadas con esta tecnología. La propia naturaleza de la región dificulta que se produzcan despliegues más rápidos y eficientes. Estamos en la cola, pero tenemos que intentar no perder el tren.
P.: ¿Prevé que se produzcan concentraciones en el sector para amortizar las inversiones?
R.: Entiendo que tendría que haberlas porque hay muchos operadores. La disrupción también ha llegado al sector de las telecomunicaciones: por un lado están los operadores de infraestructuras que parece que están intentado asumir el rol de operador de telefonía móvil, y luego existen vendors, como Huawei, que están empezando a ofrecer servicios de conectividad end-to-end. Ello contribuye a que no sólo alcancen acuerdos entre ellos, sino que agentes que se dedicaban a una sola cosa están adelantándose en la cadena de valor.
P.: ¿El 5G ensanchará la brecha digital en España?
R.: Hay operadores que ya han asegurado que no iniciarán el despliegue comercial del 5G hasta que no alcancen el 100% de la cobertura estatal con el 4G. Por otro lado, existen diversas iniciativas políticas, como la de la Generalitat de Catalunya, para garantizar que el equipamiento público de todos los pueblos esté equipado con fibra. Además, queda aún una banda de frecuencias que no se ha licitado, la del segundo dividendo digital, que se caracteriza por una baja capacidad pero un largo alcance. Es posible que con este espectro sea más fácil cubrir las zonas rurales.
“La oportunidad del 5G no es sólo para las grandes empresas, sino también para las compañías pequeñas”
P.: El 5G conlleva el network slicing, permitiendo fraccionar la red para crear subredes. ¿Cree que las compañías las utilizarán para amortizar sus inversiones?
R.: Desconozco si acabará siendo así porque todo se está regulando. El slicing permitirá cubrir, sobre todo, servicios de emergencia. Ahora bien, pongamos el ejemplo de que una empresa de medios de comunicación necesita cubrir un evento. Quizás quiera un canal específico para garantizar la cobertura, contratando a propósito un canal al operador de telefonía.
P.: Los datos oficiales apuntan al inicio del despliegue comercial en 2020 y a la implantación total en 2025. ¿Cree que será así? ¿Son fechas demasiado optimistas?
R.: La Unión Europea indica que en 2020 tendrán lugar los primeros despliegues comerciales. Creo que esta fecha sí se cumplirá, pero que irá a un ritmo mucho más lento del previsto. Aún hay muchos casos de uso por explorar, aunque es cierto que el hecho de que ya se hayan licenciado las frecuencias ha obligado a los operadores a correr para amortizar cuanto antes estas licencias. Esto contribuye a que las empresas vean el potencial que tiene el 5G. La que no lo vea, perderá una oportunidad. Y una vez estos grupos empiecen a realizar pruebas (que es lo complicado porque es un mundo ajeno a ellos), el proceso se acelerará. Hay empresas más sensibilizadas, pero otras aún no entienden qué beneficios les aportará. Y sin ellas no haremos nada. La oportunidad del 5G no es sólo para las grandes empresas, sino también para las pequeñas compañías. De ahí que los laboratorios sean abiertos.
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