Ignacio Cea (Bankia): “La percepción de la ‘corporate’ sobre la ‘start up’ ha cambiado a mejor”
El director corporativo de innovación y ciberseguridad de Bankia sostiene que la relación entre corporates y empresas emergentes debe ser un fair play. “Se trata de hacer cosas juntos, pero que sean de interés para ambos”, apunta.
¿Qué busca una gran empresa como Bankia, con más de 15.000 empleados y una inversión prevista de mil millones de euros en tecnología para el periodo 2018-2020, en una start up con un equipo de siete personas? Ideas, agilidad y frescura.
“Las corporaciones somos muy complejas en términos administrativos, necesitamos tener el control de lo que hacemos porque somos muchos y porque reportamos nuestra actividad a organismos reguladores; el mundo de la start up adolece de esto”, explica Ignacio Cea, director corporativo de innovación y ciberseguridad, a Kippel01.
En la actualidad, Bankia acaba de iniciar su cuarta edición de Insomnia, a la que se han presentado unas 126 fintech. Los próximos pasos del programa pasan por abrir una sede en Madrid, donde se trasladarán una cuarta parte de las dieciocho empresas finalistas.
En los últimos cinco años, Bankia ha desarrollado dos programas paralelos de apoyo a las start ups. Uno es Insomnia, que pone el foco en el desarrollo del negocio de la entidad financiera, y el otro está impulsado conjuntamente con Conector y está enfocado a la responsabilidad social del banco.
Bankia ha puesto en marcha tres programas con Conector y otros cuatro a través de Insomnia
“Los programas con Conector han ido cambiando de tema en función de los distintos intereses de responsabilidad social -ha explicado Cea-; el primero nació con el objetivo de acercarse el mundo start up y conocer internamente como de importante era”.
El segundo puso el foco en aquellas empresas especializadas en brindar soluciones tecnológicas para pequeñas y medianas empresas (pymes), con ánimo de acercarlo al negocio de Bankia. El último se ha centrado en la economía circular, una de las líneas estratégicas de Bankia en su objetivo por diferenciarse.
Insomnia, en cambio, nació con la vocación de atraer talento para el desarrollo de productos y servicios financieros diferenciales, explica Cea. “Inventamos el modelo de Insomnia para ponernos en contacto con un mundo innovador al que hasta entonces no podíamos acceder”, indica.
“El banco tiene clientes, y las ‘fintech’ tienen ideas”, señala Cea
En un primer momento, el programa apoyaba financieramente o con formación a las compañías que se presentaban, pero al final, al emprendedor lo que le interesa es tener clientes o tamaño, asegura el directivo. “El banco tiene clientes, y la fintech tiene ideas”, expone Cea, un match que se antojó muy atractivo para ambas partes.
Desde el banco sostienen que, si bien están muy satisfechos con los resultados de Insomnia, ven difícil incrementar el número de convocatorias por el momento. “No es una cuestión de poner más dinero, cada programa implica que haya gente detrás, siguiéndolo, y no queremos contratar a externos para ello, queremos que lo haga gente de la casa”, expone Cea, que indica que la velocidad de crucero de Insomnia implicaría, en todo caso, acoger a unas quince start ups frente a las dieciocho actuales.
Cada start up en el programa cuenta con tres figuras asociadas: un partner de innovación, un partner de negocio y un sponsor que es miembro del comité de dirección del banco. “Toda la cúpula trabaja en empujar estos proyectos, esto no surge el primer día, pero forma parte del cambio cultural”, sostiene.
Cada ‘start up’ cuenta con un sponsor ligado al comité de dirección de Bankia
Para el directivo, el acercamiento a las start ups es positivo por tres aspectos. Desde la perspectiva de Bankia, es interesante que “una gran corporación conozca cómo se mueve el mundo start up” porque “tiene una serie de características distintas al mundo corporativo pero que son muy necesarias para este”, tales como agilidad, frescura o cercanía con el cliente.
Este acercamiento también se traduce en un efecto positivo en la sociedad, especialmente a la hora de que una gran empresa apoye al emprendimiento, ayudándole a escalar y respaldando la generación de ideas. Asimismo, Cea echa de menos que el apoyo a las start ups sea una “iniciativa de país”.
Para Cea, la gran empresa debe seguir siendo como es, pero también debe aprender a ver en las pequeñas empresas esa agilidad, que es “envidiable”. El directivo asegura que en Bankia se miran “cara a cara” con la start up, pero sin perder la visión crítica. “Se trata de hacer cosas juntos y que sea de interés para ambos”, indica.
Si la start up aporta frescura, agilidad y una nueva forma de relacionarse con el cliente, ¿qué le proporciona la gran empresa? Según Cea, las empresas emergentes pueden tocar a la puerta de una corporate con diferentes expectativas. La primera: yo (start up) busco crecer, tú (corporate) tienes muchos clientes. “Es un acuerdo de fair play”, sostiene el directivo.
Otras compañías se acercan con otras motivaciones. Unas pueden buscar conocimiento (“a veces saben mucho de tecnología, pero poco del mundo bancario, que un sector tremendamente regulado”, apunta Cea), y otros buscan a una gran empresa que invierta dinero en su negocio para escalar y venderlo. Estos últimos, señala el directivo, no tienen cabida en el programa.
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