Josep Coll (Red Points): “Estamos en la prehistoria del control de Internet”
El fundador de Red Points ha decidido cruzar el charco y, desde Nueva York, poner la primera piedra de sus próximos proyectos tras desvincularse de la operativa de Red Points unos meses atrás.
“Estamos en la prehistoria del control de Internet, al principio nos trataban como locos cuando intentábamos quitar una foto de Facebook, pero estamos yendo hacia allí”. Son las palabras de Josep Coll, fundador y antiguo presidente de Red Points, que desde el otro lado del charco aboga por “crear tecnologías y proyectos relacionados con el derecho al olvido, al honor y a la imagen” para que la gente “pueda controlar sus contenidos”.
Han pasado ya unas cuantas semanas desde que Coll aterrizó en Nueva York con muchas ideas bajo el brazo. “He salido del día a día con la idea de hacer lo que a mí me gusta, tirar mapas, poner en papel ideas”, explica el fundador de Red Points a Kippel01. Tras vender una parte de su participación en Red Points y desvincularse de la operativa de la compañía, el emprendedor y su familia se han mudado al mercado norteamericano que, asegura, es clave en aspectos como el derecho al honor o a la imagen.
Los próximos pasos de Coll, de hecho, irán en este sentido, e incluso es posible de que con estos nuevos proyectos vuelva a cruzarse en el camino con Red Points. De momento, no obstante, toca cocinar a fuego lento, pero eso sí: “fuera de la zona de confort, que es donde tenemos que estar los emprendedores”, indica el directivo.
Josep Coll vendió una parte de su paquete de acciones en Red Points el pasado mayo
Ha pasado casi una década desde que Coll constató la necesidad de proteger el contenido en Internet que vulnerara la propiedad intelectual, pero fue tal el potencial del sector que, tras casi quince años levantando el despacho de propiedad General Counsel of the Arts, decidió lanzarse a la aventura.
No lo hizo sólo. En un primer momento avanzó con Red Points de la mano de la abogada María Junyent. Dos años más tarde, David Casellas le tomó el relevo a Junyent. Red Points dio sus primeros pasos con una plataforma muy básica, pero consiguió aguantar el tipo hasta su paso por Bstartup 10, el programa de Banco Sabadell.
Red Points fue una de las cinco compañías que participó en la primera edición del programa de la entidad financiera, lanzado en 2014. Allí, además de conseguir pulmón financiero con una inyección de 100.000 euros para extender su negocio y mejorar su plataforma, sumó al inversor Dídac Lee como mentor.
“Los directivos como Lee son escaladores, han subido al Everest”, indica Coll en relación a la experiencia de Lee en el mundo emprendedor. Medio año después, la empresa consiguió captar más de 600.000 euros por parte de la red de business angels de Esade Ban.
“Lo mío son las ideas, pero faltaba alguien que las aterrizara”, explica el fundador de Red Points
Por si no fuera suficiente, ese mismo año, el emprendedor y fundador de Red Points decidió profesionalizar la dirección de la start up con el fichaje de Laura Urquizu, ex Corporación Caja Navarra, Inspirit y Openshop, como consejera delegada “Lo mio son las ideas, pensar, pero faltaba alguien que pusiera las ideas en el suelo”, explica el emprendedor al recordar esa decisión.
Con un equipo de quince personas y su nueva consejera delegada, la herramienta de Red Points fue transformándose con la inclusión de otros servicios, como el de la identificación de las falsificaciones. Como consecuencia, también lo hizo su cartera de clientes y su radio de acción. En 2016, la empresa abrió su capital a la firma internacional de capital riesgo Mangrove Capital Partners, que lideró una ronda de financiación de dos millones de euros.
“Teníamos que escalar muy rápido”, recuerda Coll. La primera oficina en el exterior fue la de Nueva York, aunque “la cocina” se quedó en Barcelona, donde la compañía emplea ya a más de un centenar de trabajadores. A principios de mayo, la compañía volvió a levantar capital de la mano de Eight Road Ventures, que se hizo con un paquete de acciones de distintos inversores valorado en doce millones de euros.
En esta operación, Coll vendió una parte de su participación en Red Points y abandonó la presidencia de la compañía. “Para un fundador no es fácil salir de la empresa, pero yo no tengo esa sensación -indica el emprendedor-; tengo un importante paquete de acciones porque creo mucho en el proyecto y, además, estoy convencido de que mi etapa con Red Poins no ha acabado, volveremos a encontrarnos en el camino”.