Juan R. Rallo: “El taxi se ha aliado con el Estado para defender un sistema de licencias caduco”
El director del Instituto Juan de Mariana y experto en Economía considera que el gremio del taxi, que ha alzado su voz contra Uber y Cabify, intenta defender su posición en el mercado en contra de los intereses del consumidor.
“La gente de un mismo sector rara vez se reúne para echar unas risas y divertirse, sino que se reúne para conspirar contra el interés general”. Es una de las frases que puede encontrarse en la obra La riqueza de las naciones, de Adam Smith, y una de las citas que escogió Juan Ramón Rallo, director del Instituto Juan de Mariana, al describir el comportamiento del gremio del taxi.
Según el directivo, que participó ayer en el evento Sharing Madrid que organizó Adigital y Sharing España, el gremio del taxi se ha visto afectado de forma directa por el proceso de competitividad, una evolución que ha llevado a la aparición de empresas como Uber o Cabify y que ha revolucionado el transporte en las ciudades de España.
“El consumidor tiene la libertad de elegir, pero el proveedor no puede escoger a quién le vende, no puede obligar a un determinado consumidor a que compre su producto”, aseguró Rallo, quien incidió en que la fórmula para consequir atraer al cliente es esforzándose e innovando, lo que se conoce como “proceso competitivo”.
Según el director del Instituto Juan de Mariana, que es también Doctor en Economía, “el proceso competitivo no puede dejar a nadie durmiéndose en los laureles, no sólo porque las empresas que ya existan puedan cambiar su modelo de negocio, sino que incluso aquellos que aún no están en el mercado pueden hacerlo”.
Ante esta situación, Rallo adoptó una postura muy crítica al explicar que algunas empresas acuden al Estado con el fin de ganar cierta ventaja ante esta diferencia competitiva. Las subvenciones, las licencias o la hiperegulación son algunas de las medidas a las que acuden este tipo de empresas, entre las que el directivo destacó el comportamiento del taxi.
“El sector del taxi son 70.000 autónomos y pequeñas empresas aliadas con el Estado para defender un sistema de licencias caduco”, criticó con dureza Rallo. En opinión del directivo, ahora el consumidor tiene el poder de evaluar a los conductores, elegir el precio que pagan y conocer con exactitud todos los detalles de sus viajes, unos servicios que ofrecen empresas como Cabify o Uber.
En las últimas semanas, no obstante, la actividad de estas empresas ha movilizado a miles de taxistas en contra. Estos denuncian que la saturación en el mercado de licencias VTC, cuya proporción supera la establecida en 2015 de 1 una licencia VTC por cada treinta de taxis, podría provocar el desmantelamiento del taxi.
Según Rallo, sin embargo, la regulación que demanda el gremio del taxi sobre este tipo de empresas no tiene como objetivo proteger al consumidor, sino que más bien tiene la función de proteger a los proveedores de servicios “no competitivos”.
Miembros del gremio del taxi que asistieron a la ponencia de Rallo, sin embargo, lamentaron que el experto sólo se dedicara a defender los intereses de los recién llegados y criticara esta falta de innovación. “Son multitud las propuestas que hacemos y caen en saco roto continuamente“, expuso un miembro de la Asociación Elite Taxi.