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Luis Pardo (Sage): “Existirá una brecha entre alfabetos y analfabetos digitales”

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Luis Pardo (Sage): “Existirá una brecha entre alfabetos y analfabetos digitales”

El consejero delegado de Sage en España explica que sólo el 7% de las pequeñas y medianas empresas del país ya han iniciado su digitalización. El directivo también considera que la apuesta por la innovación no es un tema de oportunidad, sino de formación.

Descripción

Luis Pardo es el consejero delegado de Sage en España desde 2014, aunque lleva más de una década asesorando a las empresas en su digitalización. El directivo, que ha trabajado en empresas como MPO o Debitech, considera que a las pymes del país aún les queda un largo camino por delante en términos de innovación. Pardo también considera que la automatización del empleo llevará al humano a desarrollar su lado más creativo y que aquellos que no se formen en el sector digital quedarán en un segundo plano.

 

Pregunta: Hoy en día todas las empresas hablan sobre transformación digital... ¿Qué es exactamente y cómo empieza?

Respuesta: La transformación digital no existe, lo que se está produciendo ahora es una revolución digital. La revolución digital, como cualquier revolución, implica puntos de inflexión en la historia; cualquier revolución, desde el invento de la rueda hasta el ferrocarril, ha llevado la humanidad a otra era. No es un elemento tangible, se trata de un proceso que está cambiando los negocios de todo el mundo. En España, la digitalización aun está empezando. Hoy en día, el 99% de las pequeñas y medianas empresas (pymes) en España tienen un ordenador, sin embargo, sólo la mitad tienen web y, de estos, sólo un 20% cuentan con un portal responsive. No están adaptados a la búsqueda a través del móvil, cuando en la actualidad el 80% de las búsquedas se realizan a través de este dispositivo. Del total, sólo un 8% tiene un ecommerce.

P.: ¿Cuál sería el límite de esta revolución digital?

R.: Esto es lo más curioso para los matemáticos, hoy en día no sabemos donde está el límite de la digitalización. En la actualidad, más de un zettabyte (más de un millón de gigabytes) viajan a través de Internet mientras hablamos, ni en las mejores expectativas se hubiera podido pensar que alcanzaríamos este nivel hasta 2100. Nadie sabe dónde está el límite. Sólo en los dos últimos años se ha creado el 90% del contenido de todo el mundo.

P.: En su blog afirma que sólo el 7% de las pymes han llevado a cabo su digitalización, ¿la transformación digital es válida para todo tipo de negocios?

R.: Sí, es válida para todas las empresas. ¿Qué sector, industria o empresa no estará afectado por la revolución digital? Si pienso en ello, no se me ocurre ninguna. Lo que sí es cierto es que hay sectores que, por su modelo de negocio, son más avanzados y por ello necesitan una digitalización más intensiva. Otros, en cambio, pueden apostar por una digitalización más gradual. La revolución digital no puedes abordarla toda, esto es un pastel muy grande y no te lo puedes comer de golpe, es necesario analizar cómo puede ayudarte la tecnología en tu cadena de negocio.

P.: ¿Qué inversión suele destinar una pyme a su digitalización?

R.: Esta es la gran asignatura pendiente de las pymes en España. Los últimos datos que se manejan es que la inversión en I+D+i constituye el 1,24% del Producto Interior Bruto (PIB) en nuestro país. La media de los países europeos, sin embargo, es un 2,5%; invertimos la mitad en innovación que cualquiera de nuestros vecinos. Las pymes, en este sentido, invierten el 1%. Lo curioso es que, cuando preguntamos a los empresarios como valorarían (en una escala sobre diez) la innovación y la tecnología como factores de crecimiento, nos dan un 7,6. El empresario le da una relevancia importantísima a la innovación, pero sólo invierte el 1%.

P.: ¿Qué hace falta para que este 7% de pymes que han llevado a cabo su digitalización se incremente?

R.: Es necesaria una reforma educativa que tenga en cuenta los perfiles digitales, tanto para jóvenes como para mayores. El Gobierno, por ejemplo, debería apoyar el reciclaje de estas generaciones que han nacido en la industria analógica. Por otra parte, las empresas deberían apoyar la formación de sus propios trabajadores para dar valor a sus puestos de trabajo. La tercera apuesta tiene que ser por parte de las propias personas, con todo el contenido que hoy en día está disponible en YouTube, obviar esta fuente de información para autoformarse sería un error. En la década de los años ochenta, la tecnología (igual que la formación y el talento), estaba considerado como un gasto para las empresas. Ahora ya se entiende que es una inversión necesaria, pero estamos llegando a la reconversión del software mundial y esto genera dudas: ¿es el momento de invertir? ¿Qué riesgos u oportunidades existen? Lo importante es ver hacia dónde vamos.

P.: Respecto hacia dónde vamos, en los últimos meses se está hablando mucho de la automatización de los puestos de trabajo. ¿Qué efectos tendrá en la sociedad?

R.: La automatización ya ha comenzado, y en algunas industrias como la automovilística o la robótica, es muy intensa. Ahora está llegando al sector servicios, existen robots y chatbots que hacen el trabajo de un despacho de abogados. Pero la automatización no hay que verla como un riesgo, porque la inteligencia artificial no puede con algo innato en el ser humano: la creatividad. Lo que hay que pensar es: ¿qué otras cosas haré cuando las máquinas hagan esto?

P.: ¿Pero todo el mundo tendrá acceso a esta tecnología?

R.: Antes, las inversiones en tecnología eran gigantescas, y ahora son mínimas. Las redes sociales y muchas otras herramientas son gratuitas. Otro tema es la educación: convivimos cinco generaciones juntas y necesitamos aprendedor muchas cosas y convivir juntos. No creo que exista una brecha en el campo de oportunidades, pero sí creo que habrá una brecha entre alfabeto y analfabeto digital, porque este último quedará totalmente excluido de un mundo que ya es digital. La brecha será, sobre todo, educativa y formativa.