Sundar Pichai: el ingeniero de la India que terminó al frente del ‘portaaviones’ Google
El consejero delegado del gigante de las búsquedas por Internet nació en Chennai en 1972 y se crio en un apartamento de dos habitaciones. Consiguió una beca en Estados Unidos y se incorporó a Google en 2004.
Criarse en el seno de una familia humilde de la India y terminar al frente de una de las compañías más poderosas del planeta da para una película. La realidad, como se suele decir, supera a la ficción, y en el caso de Sundar Pichai, consejero delegado de Google, la historia es digna de ser narrada. El directivo, originario de la ciudad de Chennai, en el sur del país asiático, probablemente jamás imaginó siendo un niño que su carrera profesional llegaría a ser tan ascendente.
Pichai vivía con su familia en un apartamento de dos habitaciones en el que ni siquiera contaba con un cuarto propio. De pequeño, dormía con su hermano en el suelo del salón, en el que tampoco había televisión, aunque sí un teléfono con el que Pichai demostró una enorme capacidad para recordar números. Desde muy pronto, el muchacho tenía inquietudes relativas al mundo de la tecnología.
A ello contribuyó su padre, Regunatha Pichai, que le explicaba historias relacionadas con su empleo en la británica General Electric. Sundar estudió Ingeniería Metalúrgica en el Instituto Indio de Tecnología de Kharagpur, donde fue uno de los alumnos más destacados de su generación. Tras graduarse, el joven Pichai logró una beca para estudiar en la Universidad de Stanford, en Estados Unidos. Sólo el billete costaba más que el salario anual de su padre.
Sundar Pichai pasó por las filas de McKinsey antes de incorporarse a Google como ingeniero
Gracias a gran parte del dinero que tenían ahorrados sus padres, Pichai consiguió pisar suelo norteamericano. Estudio un máster de ciencias materiales y física de semiconductores, y puso fin a su idea de realizar el doctorado en 1997, cuando se unió a Applied Materials, un fabricante de chips en Silicon Valley, como ingeniero y gerente de producto. Poco después, estudió un MBA en Wharton School.
Pichai se unió a McKinsey en 2002 como consultor de gestión, y sólo dos años después recaló en las filas de Google, justo cuando Gmail veía la luz. En sus primeros años como trabajador del gigante de las búsquedas por Internet, Pichai sólo era un ingeniero más dentro del equipo que se encargaba de desarrollar la barra de búsqueda de Google. En aquel entonces, tenía que incorporar las funcionalidades en los navegadores.
El joven ingeniero empezó a destacar en la compañía cuando propuso el desarrollo de un buscador propio de la empresa: Chrome. Tras sus esfuerzos por innovar con los productos de software de Google, Pichai comenzó a obtener tareas con cada vez mayor responsabilidad. El ahora consejero delegado de la compañía se dedicó a supervisar el desarrollo de diferentes aplicaciones, como Gmail o Google Maps.
En 2011, Pichai estaba a cargo de Gmail y Google Docs, una de las herramientas más destacadas de la empresa en cuanto a almacenamiento de información en la nube. El directivo se puso al frente de la división de Android en 2013, actualmente el sistema operativo para dispositivos móviles más utilizado del mundo. Fue entonces cuando Pichai demostró definitivamente sus aptitudes de liderazgo.
Su personalidad y profesionalidad le llevaron a establecer vínculos entre áreas de la compañía, potenciando procesos de crecimiento estratégicos. A Pichai se le atribuye, precisamente, que fuera uno de los impulsores de que Google apostara por investigar y trabajar en tecnologías en el ámbito del Internet de las Cosas (IoT, por sus siglas en inglés).
Google se reestructuró en 2015, dando origen a Alphabet. Larry Page y Segey Brin, cofundadores del grupo estadounidense, se pusieron al frente de la nueva matriz, mientras que Pichai pasó a dirigir Google, desde entonces subsidiaria de Alphabet. En ese momento, el directivo tenía 43 años.
Ahora, Pichai es uno de los grandes líderes tecnológicos del mundo. En 2017, el director ejecutivo de Google cobró un salario de 650.000 dólares (565.743 euros), montante al que se sumaron otros 683.557 dólares (594.950 euros) en forma de compensaciones.