Adrenalina
Hoy se cumple un año desde que Kippel01 pidió sitio en la industria digital, que en el último año se ha transformado no una, ni dos, ni tres, sino infinitas veces. En ocasiones le llamamos sector, pero lo cierto es que aún estamos intentando definir qué significa este concepto.
En estos últimos doce meses sólo hemos podido vislumbrar una pequeña parte de lo que es este sector. Finanzas, educación, transporte, retail, servicios, turismo, sanidad… Hoy en día, ninguna industria puede ser ajena a la digitalización. Transversal, con un potencial sin límites y con una capacidad absoluta de reescribir la economía tal y como la conocemos, este sector merecía tener un espacio propio.
Tras doce meses escuchándoos, leyéndoos y aprendiendo de vosotros, profesionales del sector, hemos llegado a una primera conclusión. Vivir el día a día de este sector es lo más parecido a saltar en paracaídas y tener un chute de adrenalina.
Las empresas de la industria digital viven al borde de un sector que va a velocidad de crucero. Las operaciones corporativas y las rondas de financiación se suceden por momentos, la burbuja de la financiación de las start ups es una sombra que planea sobre el mercado, los avances tecnológicos se producen a un ritmo cada vez más vertiginoso y más de la mitad de las profesiones esenciales en el futuro aún no se han inventado.
Si hace tres años las empresas del sector financiero e inmobiliario hubieran sabido que en 2017 se habría producido un boom de compañías fintech y proptech, quizás aún se estarían riendo. ¿Y el coche eléctrico? En España aún señalamos los Tesla que circulan por la calle, mientras que en el norte de Europa es muy normal que uno de cada cinco coches que están aparcados sea uno de los modelos de la empresa de Elon Musk.
Lo mismo ocurre con Amazon. Mientras aquí aún viajamos con un AVE en el que la conexión wifi es un mito, la compañía acaba de subir la persiana del primer supermercado en Estados Unidos en el que no es necesario hacer cola para pagar los productos porque las cajas, directamente, no existen.
Adrenalina en el sector tecnológico es no saber si, en los próximos seis meses, la ciencia será capaz de encontrar una cura para el envejecimiento (como defiende José Luis Cordeiro, fundador de Singularity University en Silicon Valley), si el coche autónomo asaltará las calles de Madrid o si el bitcoin continuará elevando su valor en miles de dólares a diario.
Adrenalina es estar preparado porque, en un momento u otro, la industria digital empujará a tu empresa a dar un paso más; a innovar y a no ceder ni un ápice en un salto en los que muchos no saben si su paracaídas se abrirá o no cuando llegue al suelo.