Uber España reordena su estructura societaria en plena batalla legal en Europa
El fundador de la compañía, Travis Kalanick, y su segundo a bordo, Ryan Graves, dejarán de ser los administradores solidarios de la sociedad de Uber en España. La empresa espera el fallo del Tribunal Superior de Justicia de la Unión Europea sobre la naturaleza de su negocio.
Uber mueve ficha para agilizar su operativa en España. La compañía ha decidido reordenar su estructura societaria y poner su subsidiaria española bajo la gestión de la matriz holandesa del grupo, Uber Management BV. En paralelo, Travis Kalanick, fundador de la compañía, y su segundo a bordo, Ryan Graves, saldrán de la estructura de la sociedad española, donde ejercían como administradores solidarios.
El negocio global de Uber se gestiona desde dos sociedades principales: Uber US y sus filiales, en las que se concentran todos los servicios prestados por Uber en Estados Unidos, y Uber BV, con sede en Ámsterdam, a través de la cual Uber centraliza su actividad restante, tanto en Europa como en Latinoamérica.
Con la reordenación en España, Rob van der Woude, director de Uber en Holanda y responsable fiscal de la compañía en Europa, Oriente Medio y África, pasará a ser el único representante del negocio en el mercado español. El directivo se unió al equipo de la compañía en 2013.
Agilizar la operativa y las transacciones será uno de los principales objetivos de Uber, que puso su primer pie en España en 2014. Tal y como consta en el Boletín Oficial del Registro Mercantil, Uber constituyó Uber Systems Spain en marzo de 2014, con el objetivo de “dar soporte a otras sociedades del grupo proveyendo servicios on demand de solicitudes efectuados mediante aparatos móviles y pedidos por Internet”. La sociedad está domiciliada en el número 640 de Avenida Diagonal (Barcelona).
Desde sus inicios, la filial española de Uber estaba vinculada a la sociedad holandesa International Holding BV y los administradores solidarios son Travis Kalanick y Ryan Graves. Con la reordenación, Uber España pasa a manos de otra sociedad holandesa, Uber Management BV, que ejercerá como administrador único del negocio en España.
La reordenación societaria de Uber España se enmarca en la batalla legal en la que está inmersa la compañía estadounidense. Uber se encuentra en un proceso judicial en el que el Tribunal Superior de Justicia de la Unión Europa deberá decidir si el grupo estadounidense es una compañía de tecnología (que se regiría por la Ley de la Sociedad de la Información) o si se trata de una empresa de transporte.
El veredicto de la Comisión llegará en los próximos seis u ocho meses. Según declaraciones de Carles Lloret, director general de Uber en el sur de Europa, “Uber sabe que es tecnología; la duda es si además somos transporte; y en la medida en que nos toca velar por que se cumplan con una serie de características, lo somos”.
Uber y los taxistas, en pie de guerra
La llegada de Uber a España no pasó desapercibida para nadie, y menos para los taxistas. La empresa estadounidense, que fue fundada en 2012 por Travis Kalanick como una red de transporte privado a través de una app, aterrizó en España en 2014. Como muchos modelos que aterrizaban bajo el paraguas de la economía colaborativa (Airbnb, Blablacar o Cabify), la compañía despertó el recelo del sector del transporte de inmediato.
Taxistas y compañías de autobuses se pusieron de inmediato en pie de guerra, al comprobar como el mercado de conductores en España se fragmentaba cada vez más. Y no fueron los únicos: operadoras telefónicas como Telefónica y compañías de transacciones de pago optaron por bloquear la aplicación de Uber, dejando a la compañía sin opciones para operar en el mercado español.
La estocada final al grupo estadounidense en España llegó de la mano del Juzgado de lo Mercantil número 2 de Madrid, que ordenó de forma cautelar el cese y la prohibición a nivel nacional en diciembre de 2014.
Dos años pasaron sin que Uber volviera a poner un pie en España, si bien fue extendiéndose en países latinoamericanos como México, Perú o Colombia. En marzo de 2016, sin embargo, el grupo volvió a la carga y empezó a operar en Madrid bajo la marca UberX.
La fórmula que encontró la compañía para regresar al mercado español fue la prestación de sus servicios a través de licencia VTC (vehículo de transporte con conductor), con la que el negocio de Uber se ajustó a la legalidad vigente. Desde entonces, el grupo está a la espera de que el Tribunal Supremo falle, a favor o en contra, de la concesión de 3.000 nuevas licencias VTC, lo que supondría un fuerte golpe para el monopolio del taxi y el aumento de la flota de conductores de Uber.
Uber concluyó los nueve primeros meses del ejercicio fiscal 2016 con unas ventas de 3.760 millones de dólares (3.536,36 millones de euros) y, según las estimaciones de los analistas, sus pérdidas podrían alcanzar los 3.000 millones de dólares (2.821,5 millones de euros) en el cómputo del año.