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Auge y caída de Terra: cuando Telefónica decidió poner a la venta ‘el futuro’

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Auge y caída de Terra: cuando Telefónica decidió poner a la venta ‘el futuro’

“Terra se presentó como una ciudad virtual; hoy, entender este concepto es más sencillo, pero en ese momento era casi imposible, te imaginabas Blade Runner”, señalan fuentes del sector.

Descripción

No es posible hablar de la llegada de Internet a España sin que a su lado aparezca Terra Networks. La niña bonita de Telefónica, que llegó a encumbrarse como una de las mayores compañías de España por capitalización bursátil dos años después de su fundación, se ha convertido también en el símbolo español del estallido de la burbuja de las puntocom. Y pese a que el calificativo de superviviente no aplica en el caso de Terra, la empresa merecía su propio capítulo en esta serie.

“No ha habido otro caso como el de Terra en la bolsa española”, señalan fuentes del sector. “Terra se presentó como una ciudad virtual -exponen otros implicados-; entender este concepto hoy en día es más sencillo, pero en ese momento era casi imposible, te imaginabas una escena a lo Blade Runner”.

La promesa del futuro que blandió Telefónica a la hora de presentar Terra melló en la ciudadanía española, que no dudó en hacer cola para comprar acciones del portal. La empresa, que vio la luz como Terra Networks a finales de 1998, llegó a superar en capitalización a BBVA o a Repsol, pero la falta de infraestructuras y la poca usabilidad de Internet mellaron en un negocio que quedó tocado y hundido tras la crisis de las tecnológicas en Estados Unidos.

Aunque el vínculo entre Telefónica y Terra ha perdurado en la memoria, sus orígenes radican en Cataluña, cuando la Fundació Catalana per a la Recerca (FCR) aprobó el proyecto que presentaron Pep Vallés y José Gaspa: Olé. Por decisiones de la Generalitat, el buscador fue malvendido por apenas 200.000 pesetas a Vallés y Gaspa, quienes acabaron vendiendo el proyecto a Telefónica.

En ese momento, la teleco estaba presidida por Juan Villalonga, que se había marcado como objetivo multiplicar por siete el valor de Telefónica en bolsa cuando asumió el cargo en 1996. Aunque la empresa ya había iniciado un proyecto centrado en la Red, decidió segregar sus activos en Internet y aportarlos a la empresa creada a tal efecto, que pasó a denominarse Terra Networks.

El ascenso de Terra fue vertiginoso. En noviembre de 1998, la empresa inició una campaña de adquisición de los negocios de Internet con los que Telefónica operaba en España y Latinoamérica. Además de Olé, el grupo se hizo con la brasileña ZAZ, con la guatemalteca Infovia y con la mexicana Infosel. A cierre del ejercicio, Terra Networks generaba unos ingresos de 6.680 millones de pesetas. Ese mismo año, la compañía se estrenó en bolsa a un precio de apertura de 26 euros. Los accionistas minoritarios pagaron 11,8 euros por los títulos de Terra y, los inversores institucionales, trece euros.

“Telefónica vendió Terra como el futuro”, explican desde el sector. La euforia por esta promesa provocó que las acciones de la compañía se revalorizadan un 360% sólo mes y medio después de su salto al parqué. Desde la teleco defendían que Terra era un proyecto con “una enorme oportunidad de mercado”. En primer lugar por “el potencial de crecimiento de la penetración de Internet en la zona”. Y en segundo lugar, por “la escasez de contenidos y páginas en español y portugués de Internet”, señala el informe anual de Telefónica en 1999.

Tal fue su crecimiento que el 14 de febrero las acciones de la compañía cotizaban a 157,6 euros. “La muy positiva evolución del valor a comienzo del año 2000 ha encumbrado Terra como una de las mayores compañías de España por capitalización bursátil y una de las primeras del mundo de Internet lo que, unido a sus altos volúmenes de contratación, ha supuesto su entrada en el índice bursátil Ibex35”, señala el grupo en su informe. Telefónica no ha querido participar en este reportaje.

¿Cuál era el modelo de negocio de Terra? Principalmente constaba de dos vías de ingresos. De un lado, la provisión de acceso, es decir, los ingresos derivados de las suscripciones que se cobran a los clientes y de los acuerdos de tráfico inducido alcanzados con los propietarios de la red IP. De otro lado, los acuerdos publicitarios y, en menor medida, la actividad de comercio electrónico derivada de su portal.

Entonces, Telefónica confiaba en las previsiones que apuntaban a un importante incremento de la inversión publicitaria. Su objetivo era que esta registrara un crecimiento del 100% en los siguientes cuatro años en todos los mercados en los que operaba Terra.

El estallido de la burbuja de las puntocom en marzo de 2000 y el posterior declive de las tecnológicas, no obstante frustró los planes de la teleco española. “Nadie entendía el sector tecnológico, pero en Estados Unidos se estaban levantando imperios y en España también querían hacerlo”, exponen fuentes del sector. “Había confianza en el futuro, pero fallaban las infraestructuras que permitieran el desarrollo de estos negocios”.

Ello, sumado a la sequía financiera y a la estrategia de crecer muy rápido y dejar en segundo plano a la rentabilidad, condenó a muchas empresas a su desaparición. En el caso de Terra, Telefónica actuó como chaleco salvavidas durante muchos años. El primer cabo que tiró fue el de Lycos.

“Entorno macroeconómico desfavorable”

La posición de Lycos, considerado uno de los grandes de Internet, y la reciente adquisición de Time Warner por parte de AOL animó a Telefónica a continuar engordando Terra. El valor de la operación, liderada por Villalonga, ascendió a 12.088 millones de euros y le permitió a la teleco alcanzar 6,1 millones de suscriptores, además de entrar en Tailandia y ampliar su presencia a 42 países.

Pese a que las palabras “entorno macroeconómico desfavorable” no aparecen en el informe de Telefónica hasta 2001, la evolución de la empresa en bolsa ya ofrecía algunas pistas de su situación. Tras alcanzar un máximo de 157,6 euros durante el primer trimestre del año 2000, el precio máximo de los títulos de Terra a cierre del ejercicio no superaba los 49 euros. Su mínimo, por otro lado, se situó en 10,53 euros.

“El año 2001 comenzaba ya con una difícil situación macroeconómica en los países donde Terra Lycos venía operando y fundamentalmente en Estados Unidos, afectando a uno de los principales negocios de la compañía, el de la publicidad online -expone Telefónica en su memoria-; este negativo escenario macroeconómico ha empeorado a lo largo del año, sobre todo a raíz de los acontecimientos del 11 de septiembre”. Terra cerró 2001 con unos ingresos de 690 millones de euros y pérdidas por valor de 5.663 millones de euros. Al año siguiente, Telefónica empezó a soltar lastre.

La compañía española decidió llevar a cabo el “reenfoque y la ordenación de las prioridades de gestión de Terra Lycos”. En julio, vendió la participación en Lycos Korea, en septiembre se deshizo de su participación minoritaria en la canadiense Sympatico Lycos y, en diciembre, procedió a la enajenación de la totalidad de la participación que poseía en Lycos Japan.

A cierre del ejercicio 2002, las pérdidas de Terra ascendieron a 2.008,9 millones debido al saneamiento de activos por valor de 1.428 millones de euros, y sus ingresos a 600 millones. Ese mismo ejercicio, Telefónica adquirió 717.465 acciones de la compañía por 5,53 millones de euros y elevó su participación hasta el 38,58%.

2003: El principio del fin

Ante la imposibilidad de remontar el portal, el consejo de administración de Telefónica aprobó en mayo de 2003 el lanzamiento de una oferta pública de adquisición (OPA) en efectivo por el 100% del capital social de Terra Lycos. La oferta, de 5,25 euros por acción de Terra Lycos, estaba condicionada a un nivel mínimo de aceptación del 75% de su capital, y supondría un desembolso máximo de 1.726 millones de euros.

La reacción de los inversores de Terra no se hizo esperar. El 29 de mayo, la Corte Suprema del Estado de Nueva York recibió dos demandas colectivas por parte de los accionistas de Terra Networks contra Telefónica y Terra. “El precio ofrecido a los accionistas de Terra Networks no se ajusta al valor intrínseco de las acciones de la compañía solicitando que no se apruebe la OPA o, alternativamente, que se les indemnice”, alegaban.

Al mismo tiempo, la Asociación Mundial de Accionistas de Terra interpuso un recurso contencioso-administrativo contra la resolución de la Comisión Nacional del Mercado de Valores por la que se acordaba autorizar la opa dirigida a los accionistas de Terra el 19 de junio de 2003.

Pese a ello, Telefónica adquirió un total de 202,09 millones de acciones a un precio de 5,25 euros por acción. Supuso un 33,6% del total de capital. La empresa alcanzó una participación directa del 71,97%, que se elevó hasta el 75,29% en diciembre. Kim Faura, actual director de Telefónica Cataluña, ostentaba el cargo de presidente de Terra durante el proceso.

Entonces empezó la cuenta atrás. El 5 de octubre de 2004, Terra Networks y Daum Communications alcanzaron un acuerdo para la venta de Lycos por un total de 108 millones de dólares, poco más de una décima parte de lo que le había costado a Telefónica en el año 2000. Un año después, en 2005, la comisión delegada de Telefónica acordó proponer a Terra Networks el inicio de las negociaciones encaminadas a una posible fusión entre ambas sociedades.

El 23 de febrero, ambos consejos de administración acordaron la aprobación de un proyecto de fusión por absorción, mediante la disolución de la primera y transmisión en bloque de todo su patrimonio a la segunda. A partir de ahí, Terra funcionó bajo mínimos.

Bajo el paraguas de Telefónica, la empresa intentó hacer frente al auge de las redes sociales, pero también sin éxito. En 2012, la compañía que actualmente dirige José María Álvarez-Pallete llevó a cabo un plan para relanzar el portal, ofreciendo contenidos en directo, alquiler de películas o música en streaming, pero tampoco fue suficiente para la remontada.

El pasado 1 de julio, Terra decidió echar el cierre. "Realice el backup de sus mensajes y archivos y avise a sus contactos, ya que desde el 1 de julio de 2017 no será posible acceder a sus cuentas, ni tampoco a los mensajes guardados -apunta el aviso de Terra-; a partir de esa fecha, los mensajes no estarán disponibles".