BYD avanza en su producción europea con nuevas fábricas y planea establecer una planta en España
BYD refuerza su apuesta en Europa con la construcción de nuevas fábricas, centrando su interés en una posible planta en España.

BYD, una de las marcas chinas de mayor crecimiento en Europa, avanza en su estrategia de producción local a pesar de enfrentar altos aranceles que limitan su desarrollo. La compañía ha decidido construir fábricas en el continente, con dos instalaciones ya en proceso y una tercera recientemente confirmada, que podría ubicarse en España. Stella Li, directora de BYD, ha indicado que están en la búsqueda activa de un terreno adecuado para esta nueva planta, cuyas obras deberían comenzar en un plazo de uno a un año y medio.
La primera planta europea de BYD, situada en Hungría, iniciará su construcción a finales de 2023 y se espera que comience la producción a finales de 2025. Si se mantiene este cronograma, la tercera planta podría comenzar a operar en la segunda mitad de 2028. Además, BYD tiene planes de fabricar baterías para sus vehículos eléctricos en Europa, lo que implica que el país que albergue la planta de vehículos contará también con una instalación de producción de baterías.
Con la inminente apertura de su fábrica en Hungría, de la que saldrán modelos populares como el Dolphin y el Atto 3, así como la futura planta en Turquía, BYD está posicionándose fuertemente en el mercado europeo. El modelo económico Seagull también comenzará su producción en 2026; inicialmente, se importará desde China a precios competitivos, pero la producción local permitirá que esos precios sean aún más bajos.
La lógica detrás de la construcción de fábricas en Europa es evidente: al fabricar localmente, BYD evitará los altos aranceles de importación del 27% que se aplican actualmente, lo que reducirá sus costos y aumentará la competitividad de sus precios. Este ahorro se suma a la reducción de costos logísticos y a la posibilidad de aumentar la capacidad de entrega, lo que permite a la empresa alcanzar economías de escala significativas.
La incertidumbre persiste sobre la ubicación de la nueva planta, ya que aún no se ha tomado una decisión final. Sin embargo, España se perfila como un candidato fuerte debido a su ubicación estratégica, buenas comunicaciones y un costo eléctrico bajo, impulsado por el crecimiento de las energías renovables.