Cabify cierra 2017 en rojo en sus negocios internacionales

La estrategia de crecimiento de Cabify impacta de lleno en sus cuentas. A cierre del ejercicio 2017, todas las filiales extranjeras del grupo español (a excepción de una de las sociedades chilenas) presentaban números rojos, llegando a superar los 32 millones de euros de pérdidas en Brasil.

Desde su fundación en 2012 hasta la fecha, Cabify ha iniciado operaciones en España, Latinoamérica y Portugal. En 2017, las filiales operativas en el continente sudamericano arrojaban un resultado negativo superior a 56 millones de euros, según se desprende de las últimas cuentas de la sociedad Cabify Mobility International presentadas ante el Registro Mercantil.

Dicha sociedad posee el control de las filiales con las que el grupo opera en el extranjero. A modo de ejemplo, Cabify Mobility International posee el 99,9% de la sociedad brasileña, que entre 2016 y 2017 multiplicó por doce sus pérdidas, pasando de 2,64 millones a 32,66 millones.

En México o en Perú, en cambio, el grupo redujo sus números rojos un 23% y un 61,6%, hasta 9,1 millones y 1,87 millones, respectivamente. En una de las sociedades chilenas, Maxi Mobility Chile, Cabify cambió los números rojos por un beneficio de 2.000 euros (el cambio aplicado es a cierre del ejercicio 2017).

En España, el grupo perdió 3,67 millones de euros, un 3% más que el año anterior, pero multiplicó por cuatro su facturación, hasta 72,9 millones. El negocio de Portugal, por otro lado, arrojó pérdidas de 1,87 millones de euros, un 22,2% más que el año anterior, según consta en el informe de gestión.

Asimismo, Cabify Mobility International también recoge la actividad de su joint venture con Glovo, de la que posee un 33%. Ambas compañías decidieron crear una sociedad conjunta en otoño de 2017 que le permitió a Glovo desembarcar en Latinoamérica. Las pérdidas de esta sociedad ascendieron a 25.000 euros.

En total, la filial de Cabify acogía bajo su paraguas a 18 sociedades y su participación en ellas estaba valorada en 2017 en 121,46 millones de euros, frente a los 32,78 millones de euros del año anterior, cuando controlaba trece sociedades.

El valor de las participaciones de Cabify ascendía a 121,46 millones a cierre de 2017

Cabify Mobility International ingresó 113.000 euros y anotó unas pérdidas de 3,35 millones de euros el año pasado. El año anterior, la misma sociedad registró un beneficio de 180.000 euros, según las cuentas depositadas en el Registro Mercantil.

El resultado bruto de explotación (ebitda) de la sociedad escaló de 66.000 euros en el ejercicio 2016 a 1,55 millones de euros el año pasado. Este se reparte, básicamente, entre los gastos de personal (de 118.000 euros) y la prestación de servicios (1,55 millones de euros). A cierre del ejercicio, su patrimonio neto ascendía a 187,3 millones de euros, 92,88 millones más que el año anterior.

En el mismo periodo, la filial recibió una aportación de su matriz en Delaware (Estados Unidos), Maxi Mobility, de 178,97 millones de euros. El grupo lleva varios años defendiendo que la constitución de esta filial en Delaware se debe a las exigencias de los inversores, dado que el Estado norteamericano brinda más facilidades que España a la hora de cerrar operaciones como una ronda de financiación.

Cabify tiene previsto dar el salto a bolsa en 2019

En la actualidad, Cabify se prepara para dar el salto a bolsa en 2019, siguiendo los pasos de sus rivales en el sector de la movilidad como Uber o Lyft. La empresa confía en alcanzar la rentabilidad en España en el presente ejercicio, si bien en estos momentos se encuentra en la cuerda floja por el conflicto con el taxi.

Las empresas que operan con licencias VTC y el gremio del taxi se han sentado ya en varias ocasiones con el Gobierno para tratar de solucionar el conflicto entre ambos servicios. Ayer mismo, la patronal Unauto puso sobre la mesa una propuesta que busca la convivencia de ambos sectores mediante un sistema común de precios en la precontratación.

El ministro de Fomento, José Luis Ábalos, insistió la semana pasada en que la competencia sobre la regulación de las VTC debería recaer en las propias comunidades autónomas. El ministro afirmó también que las VTC “compiten en desigualdad de condiciones y con evidentes ventajas” respecto al gremio del taxi.