Caída de ventas de Porsche y BMW evidencia la crisis en la industria automotriz alemana
El 2024 ha sido un año difícil para la industria automotriz alemana, con Porsche y BMW reportando significativas caídas en sus ventas globales y desafíos crecientes.
El año 2024 se ha mostrado particularmente complicado para la industria automotriz alemana. Las icónicas marcas Porsche y BMW han registrado significativas caídas en sus ventas, lo que pone de manifiesto las serias dificultades que enfrenta un sector en crisis tanto en mercados clave como China como en Europa.
Porsche ha sufrido un golpe drástico en su mercado chino, donde las ventas han caído en un 28%, pasando de 79,283 unidades en 2023 a 56,887 en 2024. Esta disminución ha impactado también en los resultados globales de la compañía, que ha cerrado el año con una caída total del 3%, alcanzando las 310,718 unidades vendidas. La crisis del sector inmobiliario y la estancación económica en China han disminuido considerablemente el interés de los consumidores por bienes de lujo, afectando a marcas como Porsche, que ha decidido redimensionar su red de concesionarios en el país.
A pesar de este contexto adverso, han surgido algunos indicios de recuperación en el mercado alemán, donde Porsche reportó un aumento en ventas del 11% en los últimos meses del año.
Por su parte, BMW no ha escapado a la crisis, viendo una contracción del 4% en ventas globales, lo que se traduce en un total de 2.45 millones de vehículos vendidos. El grupo, que también incluye a Mini y Rolls-Royce, ha enfrentado una serie de desafíos que van desde un costoso llamado a revisión de 1.5 millones de vehículos por defectos en el sistema de frenos hasta una caída de la demanda en el mercado chino, que ha experimentado un descenso del 13.4%. Cada vez más, los consumidores están optando por marcas locales como BYD, marcando un cambio de paradigma en el principal mercado automotriz del mundo.
Aunque la situación es complicada, BMW ha tenido un desempeño muy positivo en Italia, lo que contrasta con las dificultades que enfrenta en otros mercados.
Las problemáticas que atraviesan a Porsche y BMW no son casos aislados, sino que reflejan una crisis más profunda que afecta a toda la industria automotriz alemana. La disminución de incentivos para vehículos eléctricos en Europa ha frenado su adopción, mientras que la competencia de los fabricantes locales en China se ha vuelto más feroz. Esto, sumado a una débil demanda por modelos de lujo, ha impactado a otros fabricantes de renombre como Mercedes-Benz y Volkswagen. Audi, otra marca premium del Grupo Volkswagen, también ha visto una reducción en sus ventas globales, alcanzando 1.67 millones de unidades.
A pesar de este panorama desafiante, se han observado señales positivas en el sector de vehículos eléctricos. BMW ha reportado un crecimiento del 14% en la venta de modelos completamente eléctricos, con modelos como la i4 y la iX1, que ahora representan el 17% de sus ventas totales. Este dato supera con creces el 9.3% de Mercedes-Benz. Porsche, por su parte, continúa invirtiendo en el segmento premium, enfocándose en la innovación tecnológica y en el lanzamiento de nuevos modelos de lujo completamente eléctricos.
El 2024 ha puesto de manifiesto las vulnerabilidades estructurales de la industria automotriz alemana, que se ve obligada a navegar en un entorno global cada vez más competitivo. Porsche y BMW son solo dos ejemplos de estas dificultades, pero el sector en su totalidad debe hacer frente a retos asociados con la evolución de las preferencias de los consumidores.