Chegg demanda a Google por reducir tráfico web con AI Overviews, afectando al sector editorial
Chegg ha presentado una demanda contra Google por el impacto negativo de su herramienta AI Overviews en el tráfico web, inquietando al sector editorial.
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En una nueva controversia legal, Chegg, una empresa del sector educativo, ha demandado a Google acusando a la gigante tecnológica de estar reduciendo el tráfico a los sitios web a través de su funcionalidad de AI Overviews. Esta herramienta, que ofrece a los usuarios una síntesis automática de la información relevante directamente en los resultados de búsqueda, ha generado preocupaciones en la industria editorial, ya que disminuye la necesidad de visitar las fuentes originales. Chegg sostiene que esta dinámica perjudica todo el ecosistema de la edición online, resultando en una disminución del tráfico web que afecta negativamente a muchas empresas que dependen de la publicidad y las suscripciones.
Nathan Schultz, CEO de Chegg, ha expresado que Google está interceptando de manera injusta el tráfico que tradicionalmente pertenecía a los sitios de contenido, no solo perjudicando a su empresa, sino también afectando a todo el sector editorial. De acuerdo con Schultz, esta práctica podría propiciar un "ecosistema de información empobrecido", donde los incentivos para producir contenido de calidad se ven erosionados y aumenta la dependencia de informaciones condensadas que pueden ser imprecisas.
En respuesta a estas acusaciones, Google ha defendido su posición, señalando que las AI Overviews no reducen el tráfico, sino que lo redistribuyen, incrementando la visibilidad de fuentes menos conocidas. Sin embargo, las AI Overviews han enfrentado críticas debido a problemas de información errónea desde su lanzamiento, aunque Google afirma haber mejorado la precisión de sus respuestas a lo largo del tiempo.
Un aspecto preocupante de esta situación es el riesgo de que los usuarios, acostumbrándose a recibir información condensada, disminuyan su interés por explorar las fuentes originales y se basen únicamente en las respuestas ofrecidas por la inteligencia artificial. Este cambio de comportamiento no solo podría perjudicar a los editores, sino que también limitaría la diversidad de información accesible, restringiendo el debate y el pluralismo en el ámbito digital.