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22 Nov 202409:11

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De la filtración de Facebook al apagón de Blackberry: la factura de los ‘epic fail’ del sector tecnológico

26 Mar 2018 — 05:00
A. Pijuán
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La incursión de Apple en el sector de los videojuegos en 1995 con Pippin, el fracaso de Google al lanzar Google Glass en 2015 o la reciente filtración de millones de datos de Facebook a Cambridge Analytica marcan un antes y un después en la trayectoria de los gigantes tecnológicos.

De la filtración de Facebook al apagón de Blackberry: la factura de los ‘epic fail’ del sector tecnológico

 

El prueba y error como método para innovar deja, a veces, facturas cuantiosas. Y si no, que se lo digan a Facebook, que desde el pasado viernes acumula una caída de más del 10% en el parqué tras conocerse la filtración de los datos de más de cincuenta millones de sus usuarios a la consultora Cambridge Analytica. La forma en cómo estaba configurada la red social, que en su momento abogaba por que las aplicaciones fueran sociales, permitió al investigador Aleksandr Kogan (desarrollador de This is your digital life) acceder a los datos de los conocidos de las 300.000 personas que ingresaron en su app en 2013.

 

Sólo un año después, Facebook decidió modificar su plataforma para evitar aplicaciones abusivas. Pero el daño estaba hecho. Kogan compartió los datos con la consultora Cambridge Analytica, con la que Steve Bannon (responsable de la campaña presidencial de Donald Trump) está relacionado. El grupo estadounidense solicitó a ambos actores implicados que eliminaran los datos en 2015 y aportaran pruebas de que lo habían hecho, según explicó Zuckerberg en su perfil de Facebook.   

 

La semana pasada, el analista de datos de Cambridge Analytica Christopher Wylie destapó en The Guardian cómo la consultora aprovechó estos datos para manipular la intención de votos de los usuarios. El escándalo ha provocado el declive de Facebook en el mercado y ha coincidido con la acusación de la Agencia Española de Protección Datos, que defiende que la compañía estadounidense ha recabado y usado sin autorización la información de 21 millones de cuentas en España.

 

 

 

 

El caso de Facebook ha sacudido los cimientos del sector tecnológico, que está especialmente sensible con el tema de la gestión de datos ante la próxima aplicación del Reglamento General de Protección de Datos (GDPR, por sus siglas en inglés) el próximo mayo. La gestión del incidente ha sumado a la empresa a la lista de los principales epic fails del negocio digital, donde Google, Microsoft, Nokia o Yahoo mantienen su propio puesto.

 

Y es que Facebook no es el único grupo tecnológico que ha saltado a la palestra por la filtración de sus datos. En 2013, Yahoo (actualmente propiedad de Verizon) sufrió un robo informático en el que perdió los datos de 3.000 millones de usuarios, todos los que tenía en aquel momento.

 

El robo pasó factura a Yahoo en el momento de su venta a Verizon. En febrero de 2017, el grupo decidió rebajar su oferta de compra, que inicialmente ascendía a 4.830 millones de dólares (3.632 millones de euros), entre 250 y 350 millones de dólares (entre 202,7 y 283,7 millones de euros). Finalmente, Verizon desembolsó 4.480 millones de dólares por la adquisición de Yahoo, que en su día llegó a estar valorada en más de 125.000 millones de dólares (101.353 millones de euros). La decisión de no vender a Microsoft en su momento, de no comprar o licenciar la tecnología de Google en 1998 o cómo desaprovechó el potencial de Flickr son otras de las operaciones en las que Yahoo podría haber colgado la etiqueta de epic fail.  

 

 

 

Ver pasar la oportunidad fue también uno de los principales errores de Nokia, que según sus últimos resultados disponibles acumula unas pérdidas de 1.473 millones de euros en el ejercicio 2017, un 96% más en comparación con el año anterior. En 2006, Nokia representaba alrededor del 13% del Producto Interior Bruto (PIB) de Finlandia. En los años siguientes, entre 2008 y 2014, un tercio de la caída del PIB de Finlandia se vio ocasionado por la crisis que atravesó el grupo.


La historia del coloso finlandés fue la crónica de una muerte anunciada. La irrupción del iPhone y el Blackberry en el mercado en 2007, la incapacidad de la compañía de entender el nuevo formato de terminales móviles que estaba por venir o su decisión de relegar los sistemas operativos Symbian y Meego (un proyecto conjunto con Intel que duró un año y medio) son algunos de los factores que acusaron el declive de la empresa.

 

Desde el 2 de noviembre de 2007, cuando las acciones de Nokia valían 39,33 euros, hasta el pasado viernes, el valor del grupo finlandés en el parqué se ha reducido en un 97,57%, hasta 4,49 euros por acción. Ese mismo año, la capitalización bursátil de la empresa ascendía a 153.000 millones de dólares, mientras que su valoración actual apenas supera los 25.280 millones de euros. En 2012, esta cifra era de unos 6.000 millones de euros, según los datos del estudio The comeback kids elaborado por The Boston Consulting Group.

 

 

 

 

La del smartphone fue también una de las batallas que perdió Blackberry. La compañía canadiense, que ganó 415 millones de dólares (336,49 millones de euros) en los primeros nueve meses del ejercicio 2018, llegó tarde (y mal) a un mercado en el que Apple acababa de presentar su primer iPhone. En paralelo a no saber adaptar su oferta de terminales a las demandas de los usuarios (que pedían pantallas táctiles, procesadores más potentes y más capacidades multimedia), la empresa decidió apostarlo todo por las empresas como cliente potencial.

 

Por ello, el apagón global que sufrió en octubre de 2011 durante doce horas fue un golpe muy duro para la credibilidad de Blackberry. El fallo dejó sin conexión a los clientes de la empresa canadiense en Europa, África y Oriente Medio, que vieron como su terminal se reducía a un dispositivo para realizar llamadas y enviar mensajes de texto (SMS).

 

A partir de ahí, Blackberry no consiguió recuperar el pulso en bolsa. Sus acciones, que llegaron a alcanzar 138,87 dólares el 30 de mayo de 2011, cayeron a 23,97 dólares el 14 de octubre y en los últimos tres años no han superado los quince dólares por acción. Android e iOS se han comido su cuota de mercado, que a día de hoy es mínima (en el último trimestre de 2016 sólo vendió 207.900 terminales, según Gartner) y en la actualidad está trabajando con Baidu para desarrollar sistemas tecnológicos para el coche autónomo.

 

 

 

 

En la misma tesitura se encontró Microsoft cuando decidió pedir sitio en el mercado de smartphones con Windows Phone. El fracaso de su sistema operativo, que vio la luz en octubre de 2010, se refleja en los datos de mercado: el proyecto de Microsoft apenas contaba con un 1% de la cuota de mercado de los teléfonos inteligentes en España.

 

Un año después, la compañía estadounidense decidió enterrar el proyecto y no realizar nuevas actualizaciones ni desarrollar nuevas aplicaciones, según explicó Joe Belfiore, director de la división de smartphones, PC y tablets de Microsoft. “El volumen de usuarios es demasiado bajo como para que las compañías inviertan”, expuso el directivo en un tuit.

 

Este no es el único epic fail de Microsoft, que fue uno de los pioneros en el sector de los relojes inteligentes pero que no supo calibrar el momento adecuado para lanzar esta tecnología. En 2002, el grupo estadounidense creó la plataforma Smart Personal Objects Technology (SPOT), ideada para dotar de servicios conectados a otros dispositivos. El proyecto fue abandonado en 2008. Seis años después, Apple presentó su primer smartwatch, que alcanzó doce millones de unidades vendidas en el ejercicio 2015, según Canalys.

 

 

 

 

Un camino similar siguió Google con las Google Glass, proyecto del que se desconoce la inversión pero en el que la tecnológica puso toda la carne en el asador. El dispositivo, con un precio cercano a los 1.500 euros, volvió al redil en 2017 dos años después de que el grupo echara el cierre al programa de exploradores de Glass. Según explicó en su momento Astro Teller, jefe de Google X, la empresa tuvo dos ideas: una buena y una mala. “La buena fue crear el Programa Explorer, la mala llamar tanto la atención sobre la marcha de este proyecto”, explicó el experto.

 

La decisión de Google apenas tuvo repercusión en bolsa. A mediados de julio, la compañía anunció el regreso del producto, en esta ocasión dirigido a las corporaciones. Las gafas han llegado a España a través de la empresa murciana Streye. Entre los otros epic fail de Google destaca el intento de liderar el boom de las redes sociales con Wave, que echó el cierre en 2010.

 

Aparte del escándalo de la filtración de los datos de Facebook, uno de los últimos golpes contundentes en el negocio digital lo sufrió Samsung a finales de 2016. La empresa decidió suspender la venta de los dispositivos Galaxy Note 7 después de que varios usuarios reportaran fallos en las baterías, que en algunos casos llegaron a quemarse.   

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