DIGI y Proximus enfrentan problemas legales por instalación de armarios en fachadas

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DIGI y Proximus enfrentan problemas legales por instalación de armarios en fachadas

Proveedores de telecomunicaciones en Bruselas deben reemplazar armarios de internet que no cumplen con normativas de color, generando controversia y dudas legales.

Descripción

En los últimos años, los proveedores de telecomunicaciones han ampliado significativamente sus redes de fibra óptica en Bruselas. Para facilitar esta expansión, es común que los cables se monten en las fachadas de los edificios, evitando así las excavaciones que requieren un complejo proceso de permisos. Sin embargo, esta práctica ha generado cuestionamientos sobre la legalidad de los armarios de internet instalados por empresas como DIGI y Proximus.

Según la secretaria de Estado, Ans Persoons, estos armarios no cumplen con las normativas de construcción de Bruselas, ya que se han instalado en color negro, cuando la normativa estipula que deben coincidir con el color de la fachada del edificio. Ahora, los proveedores enfrentan la obligación de reemplazar estos armarios para adecuarlos a las regulaciones vigentes.

A pesar de que, desde el punto de vista técnico, los armarios funcionan adecuadamente, la infracción se centra en el color. La nueva normativa permitirá a los proveedores elegir entre tres colores para los armarios: gris, terracota o negro, y siempre deberán coincidir con el color de la fachada donde se monten. Si no hay coincidencia con las opciones de colores propuestas, deberán solicitar un permiso especial.

Aunque DIGI ha afirmado haber visitado 150,000 propiedades en Bruselas, aún no se conoce el número exacto de armarios que deben ser reemplazados. La situación es similar para Proximus y Orange, cuyas obligaciones también están en el aire. Además, DIGI enfrenta una controversia adicional, ya que se ha señalado que ha instalado armarios en fachadas clasificadas sin los permisos correspondientes, lo que agrava aún más la situación legal de la empresa en la región.

Se espera que las nuevas directrices ayuden a clarificar la confusión existente en torno a estas normativas, pero las empresas tienen motivos para cuestionar la razonabilidad de los requisitos establecidos. A pesar de que no se impondrá una obligación estricta de alinear el color de los armarios con el de las fachadas, la presión para cumplir con las normativas locales sigue siendo significativa.