¿Google en banca: amigo o enemigo? Las ‘big tech’ ponen sobre aviso al sector
La entrada de los gigantes digitales en la industria financiera ha endurecido la competencia, pero también ha dado pie a nuevas posibilidades para cooperar. Las fintech completan un triángulo que dará que hablar en los próximos años.
Soplan vientos de cambio en la estepa financiera, donde en los últimos años han irrumpido nuevos actores dispuestos a regentar su propia parcela. Google, Amazon, Alibaba y Tencent son algunos de los pesos pesados que se han adentrado en territorio bancario con la idea de aportar soluciones innovadoras allí donde los bancos no llegaban. Ahora, el panorama parece haber entrado en un nuevo estado de competición, aunque también se han abierto puertas a la colaboración.
Así, gigantes digitales, bancos y fintech están removiendo entre los tres los cimientos de la industria. Rivalizan, pero su unión también hace la fuerza. Andrés Álvarez, responsable de Banking Financial Services en Capgemini España, explica a Kippel01 que la relación que conforma este triángulo estará llena de competición, pero que también dará pie a la cooperación.
Google logró el pasado diciembre una licencia fintech en Lituania y una autorización en enero en Irlanda con las que ofrecer servicios financieros en toda la Unión Europea (UE). Entre otras opciones, la empresa tecnológica tendrá permiso para procesar pagos, emitir dinero electrónico y gestionar billeteras digitales. Álvarez cree que las entidades tradicionales no consideran la entrada de este player en el sector como una amenaza.
Google obtuvo una licencia ‘e-money’ el pasado diciembre para operar en toda la Unión Europea
“La balanza se inclina claramente hacia las colaboraciones”, subraya el experto. “La banca es consciente de que tiene que colaborar con las big tech y que no es un ámbito de competencia directa”, apunta. En ese aspecto, Álvarez opina que ahora las entidades financieras son de mente más abierta. “Anteriormente, las APIs (interfaces de programación de aplicaciones) estaban encapsuladas en los entornos internos de los bancos, pero ahora ya han visto que claramente hay que conectarse hacia afuera”, señala.
Por tanto, “los bancos ya tienen la visión de convertirse en una plataforma”, indica Álvarez. Es algo que, además, se aprecia en las estrategias en las que están trabajando los actores tradicionales del sector. Por ejemplo, BBVA ha expresado durante los últimos años que su intención es convertirse en el Amazon o el Netflix de la banca, ofreciendo desde servicios de comercio electrónico hasta entretenimiento.
Para lograr ese objetivo, tanto los bancos como los colosos de la industria digital están invirtiendo en empresas emergentes que crean soluciones innovadoras. “Hay muchas start ups que están siendo o bien adquiridas por big tech o compradas por entidades financieras”, indica el experto, por lo que “este ecosistema está creando nuevos mercados que no existían hasta ahora”.
El sector se mueve cada vez más hacia la banca abierta y la compartición de datos
Y volvemos al triángulo. Amoroso, y no tanto. “Más del 45% de los directivos financieros ve a las big tech como una fuerza disruptiva y más del 37% las ve como un alto contribuyente al ecosistema bancario”, expone Álvarez. Así, “la banca debe seguir desarrollando su negocio y aprovechar sus fortalezas con servicios sólidos e innovadores, porque conoce al cliente y tiene su confianza”, indica.
Cada vez más, por tanto, la industria evoluciona hacia el open banking, es decir, la sincronización de los datos que tienen los bancos sobre sus clientes con los de otras aplicaciones que controlan y gestionan el dinero de estos. Se trata de un modelo que acelera la cadena de suministro y de valor de los bienes, y que fomentan la monitorización, los pagos inmediatos, las ofertas en tiempo real y la personalización.
Estos elementos se ven potenciados gracias a la irrupción de players con identidad digital. “Amazon y Ant Financial han tenido la habilidad de moverse más hacia el área de competencia de los bancos y descubrir otras posibilidades de servicios financieros, como los préstamos a pequeñas y medianas empresas”, explica Álvarez. A su vez, estas compañías han sacado provecho de aquellos países con regulaciones favorables a sus intereses.
Por ejemplo, al emitir licencias de e-money en cuestión de tres meses, Lituania se está posicionando como una de las jurisdicciones más rápidas de la Unión Europea en este campo. Hasta la fecha, el país báltico ha otorgado un total de 39 licencias de dinero electrónico, siendo la segunda nación de la UE sólo por detrás de Reino Unido, que ha dado 128 autorizaciones.
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