La industria automotriz europea enfrenta una caída del 20% en la producción de vehículos
La industria automotriz europea enfrenta una crisis en 2024, con una drástica caída en la producción y despidos significativos, amenazando su futuro.
La industria automotriz europea atraviesa un momento crítico en 2024, con una producción de vehículos que se estima un 20% por debajo de los niveles de 2019, lo que representa una reducción de aproximadamente 3 millones de unidades. Esta disminución ha tenido un fuerte impacto negativo en el empleo del sector, con 54,000 despidos reportados solo en el último año y un total de 145,000 despidos desde 2019.
Los altos precios de la energía y la inflación han erosionado la competitividad de Europa frente a mercados como China y América del Norte, lo que ha intensificado la crisis en la industria. La situación se agrava con la caída dramática de las inversiones en proyectos relacionados con vehículos eléctricos, que alcanzaron únicamente 5.64 mil millones de euros en 2024, el nivel más bajo desde 2019. Esta tendencia refleja la creciente incertidumbre respecto a la demanda de vehículos eléctricos, que ha llevado a al menos ocho empresas a posponer o cancelar proyectos de baterías para vehículos eléctricos en el continente.
Las proyecciones sugieren que podrían perderse hasta 500,000 empleos debido a la transición hacia la electrificación en los próximos 15 años. Un indicativo de las dificultades financieras del sector es que el 38% de los proveedores anticipa un EBIT negativo o marginal en 2024, lo que señala una crisis persistente en la rentabilidad dentro de la industria. En este contexto, el 65% de los miembros de Clepa, la asociación de proveedores de la automoción, prevén que la penetración de vehículos eléctricos en el mercado se mantenga por debajo del 50% hasta 2030.
A pesar de las expectativas de recuperación en la producción de vehículos eléctricos para 2025, donde se prevé que representen hasta el 27% de la producción total, la inversión y el empleo en el sector siguen siendo vulnerables a la volatilidad del mercado. Sin la recuperación de la demanda y mejoras en la competitividad, la inestabilidad en el empleo y los desafíos económicos continuarán presionando a la industria automotriz europea en los años venideros.