Intel y TSMC inician negociaciones para una empresa conjunta que podría cambiar el rumbo de Intel

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Intel y TSMC inician negociaciones para una empresa conjunta que podría cambiar el rumbo de Intel

Intel y TSMC exploran una alianza estratégica que podría transformar el panorama de la industria de semiconductores y el futuro de Intel.

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Intel ha estado enfrentando dificultades en los últimos años, pero una nueva asociación con su principal competidor extranjero, TSMC, podría brindarle un respiro temporal. Según un informe de The Information, ejecutivos de Intel y Taiwan Semiconductor Manufacturing Co. han llegado a un "acuerdo preliminar" para formar una empresa conjunta que operaría las fundiciones de Intel, con TSMC tomando un 20% de participación en la nueva entidad.

En virtud de este acuerdo, TSMC podría compartir algunos de sus "métodos de fabricación de chips" con Intel y capacitar a los empleados de esta última en cómo utilizarlos, en lugar de limitarse a proporcionar financiamiento. No obstante, este avance ha generado inquietudes entre algunos ejecutivos de Intel, quienes temen que el acuerdo pueda desencadenar despidos masivos y subordinar la tecnología de fabricación propia de la compañía.

No es un miedo infundado, considerando que el año pasado Intel despidió al 15% de su plantilla en un intento de reducir costos y ahorrar más de 10 mil millones de dólares para 2025. Este recorte incluido una parte significativa del departamento de investigación y desarrollo (I+D) de la empresa. La administración Trump, que ha manifestado su apoyo a Intel en varias ocasiones, parece haber facilitado las discusiones entre ambos fabricantes de semiconductores, alineándose con su objetivo de repatriar la producción a Estados Unidos.

Además, TSMC ha reforzado sus inversiones en EE. UU., especialmente en su instalación en Arizona, impulsadas por demandas de sus clientes. La administración Biden, por su parte, también había considerado inyecciones de capital directo y la posibilidad de forzar una fusión con AMD para ayudar a Intel a mantenerse competitiva.

Este acuerdo podría alterar irreversible e incluso peligrosamente el futuro de Intel, con preocupaciones sobre despidos de ingenieros en semiconductores, cambios en su estrategia empresarial y la posible venta de partes de la compañía, como el negocio de fundición. Sin embargo, es importante señalar que las discusiones están en una etapa preliminar y podrían cambiar drásticamente antes de arribar a un acuerdo formal, o incluso podrían verse frustradas por resistencia interna en Intel.