Jazztel, deuda millonaria para crecer en un mercado dominado por Telefónica
La empresa que fundó Martin Varsavsky fue una de las primeras compañías españolas en acudir al mercado de bonos de alto rendimiento. A mediados de 2003, su deuda ascendía a 676 millones de euros.
Foto: EFE.
Intentar plantarle cara a Telefónica puede salir muy caro. Que se lo digan a Jazztel que, en su afán por convertirse en un operador de telecomunicaciones de referencia en el mercado español, estuvo al borde del precipicio en varias ocasiones. La empresa, fundada por Martin Varsavsky, Antonio Carro y Miguel Salís en 1997, cotizó antes en Estados Unidos que en España y estableció su matriz en Londres, pero tenía claro que su actividad tenía que desarrollarse en el país.
Jazztel nació en 1997 a la sombra de Viatel, otro de los proyectos de Varsavsky, aunque no inició su actividad hasta 1998. Los primeros años fueron frenéticos. Tan sólo un año después de su fundación, la empresa dio entrada en su capital a los fondos Apax y Advent y debutó en el Nasdaq con un alza del 237% en su primer día, hasta 58,9 dólares.
La empresa entró en España con las ideas claras: quería plantar cara a Telefónica y a Terra, con quien intentó rivalizar con su portal Ya.com. Este pasó a manos de Deutsche Telekom en septiembre del 2000, por un precio de 533 millones de euros. La operación le dio músculo financiero a Jazztel, que fue una de las primeras empresas españolas que decidió financiar su actividad mediante bonos de alto rendimiento. Este tipo de bonos son activos de renta fija que ofrecen una elevada rentabilidad a sus inversores como contraprestación de su baja calificación crediticia o a la corta trayectoria de la compañía.
Jazztel quería instalar nodos en las principales ciudades de España
Jazztel quería convertirse en el primer operador de telecomunicaciones de ámbito nacional especializado en empresas. Con este objetivo en mente, la compañía se marcó como objetivo la instalación de nodos en las principales ciudades españolas (Madrid, Barcelona, Bilbao, Valencia y Zaragoza), así como ampliar la red troncal a Sevilla y Málaga. En total, un proyecto de 5.400 kilómetros de fibra óptica que cubriera España antes de los 2000.
Intentar competir con Telefónica le salió caro a Jazztel. En sus primeros años, la compañía captó más de 100.000 millones de pesetas (unos 600 millones de euros) y, en diciembre de 2000, debutó en el Ibex Nuevo Mercado. Tan sólo un año y medio después, en mayo de 2002, su deuda ascendía a 676 millones de euros y sus acciones habían perdido la mitad de su valor.
La salida del fondo Apax y Banco Sabadell, la venta de cerca del 7% del capital por parte de dos de sus socios fundadores (Antonio Carro y Miguel Salís), y el no haber alcanzado su objetivo de controlar el 2% del mercado de las telecomunicaciones melló la salud de la empresa, que pese a haber reducido su deuda en un 20% en 2001, aún se veía en la tesitura de pagar 7,8 millones de euros al mes (la mitad de sus ingresos de explotación) a los propietarios de los bonos.
En junio, Jazztel acordó con los propietarios de los bonos de alto rendimiento el canje de la deuda por el 88% del capital social de la empresa (457 millones de nuevas acciones) y por bonos convertibles, de 75 millones de euros de nominal. Con la operación, Varsavsky redujo su participación del 20% al 2%, pero su estancia en la compañía no duró mucho. Unos meses después, el 6 de noviembre de 2002, el directivo presentó su dimisión y abandonó todos sus cargos, cediendo la presidencia a Massimo Prelz (vinculado con Spectrum Equity, entonces principal accionista de Jazztel).
Telepizza al rescate
El acuerdo con los bonistas impedía a estos vender sus nuevas acciones cuando quisieran, sólo tenían cuatro tramos iguales del 25% para desprenderse de estas. El valor de la empresa en bolsa cayó en picado, a la vez que Prelz aseguraba que era necesario diferenciar entre el balance en bolsa y el balance de Jazztel. “Nuestra empresa es ahora mucho más fuerte”.
Pese a ello, tanto Spectrum Equity como Prelz acabaron vendiendo una gran parte de su participación y continuaron buscando un socio para reflotar Jazztel. En 2004, el socio esperado de la empresa de telecomunicaciones llegó desde Telepizza. Leopoldo Fernández Pujals, fundador de la cadena de pizzerías, pagó 48 millones de euros para hacerse con el 24,9% del capital de Jazztel y asumió su presidencia.
Cambio de etapa y venta a Orange
La gestión de Fernádez Pujals supuso un cambio de etapa para Jazztel, que empezó a ganar cuota en el mercado de las telecomunicaciones gracias apuestas como una oferta de Adsl low cost, que le permitió robar clientes a Telefónica en plena crisis económica. Tras varias ampliaciones de capital y varias disputas legales con la teleco española, Jazztel consiguió entrar en beneficios en 2011.
A lo largo de esos años, Jazztel no dejó de apostar por productos como la oferta convergente, la apertura de su primer call center en España o por la fibra óptica, proyecto que consiguió hacer realidad gracias a un acuerdo con Movistar y la asiática ZTE. El 24 de abril de 2013, Jazztel debutó en el Ibex35 en sustitución de Bankia. La acogida del mercado fue fría, los títulos anotaban una caída del 1,53% a cierre de la sesión, pero su cartera de clientes ascendía a 800.000 líneas en julio.
Un año después, no sólo se duplicó el número de líneas de Jazztel sino que esta recibió una oferta de 3.400 millones de euros por parte de Orange. El movimiento llegó poco tiempo después de que Vodafone anunciara la adquisición de Ono, y se culminó en junio de 2015, cuando el 94,75% de los accionistas aceptaron la oferta pública de adquisición (opa) de la teleco francesa. Con ello, Orange tenía el derecho a compra del 5,25% restante, lo que le permitió hacerse con el 100% del capital por un desembolso total de 3.355 millones de euros.
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