Northvolt se declara en bancarrota y pone en riesgo la independencia europea en la producción de baterías
La quiebra de Northvolt marca un duro golpe para Europa, complicando sus aspiraciones de autonomía en la producción de baterías frente a la competencia asiática.

Northvolt, la prometedora empresa sueca de baterías, se ha declarado en bancarrota después de no haber logrado evitar el colapso tras un intento de administración controlada. En un comunicado emitido el 12 de marzo, la compañía reconoció que su esfuerzo por arreglar la situación durante los últimos meses no tuvo éxito y que ya no podía seguir operando. Fundada en 2016 por ex directivos de Tesla, Northvolt había reunido expectativas significativas para impulsar la independencia de Europa de la producción de baterías en China, recibiendo un récord de 15 mil millones de dólares en financiamiento a lo largo de seis años. Sin embargo, pese a las arduas inversiones, la empresa finalizó cada una de sus seis operaciones anuales en 'profundo rojo'.
Los activos de Northvolt, que incluyen una gigafábrica en Skellefteå y permisos para establecer nuevas instalaciones en Alemania y Canadá, serán puestos a la venta por un administrador de quiebras. El presidente interino de Northvolt, Tom Johnstone, expresó su tristeza y describió las dificultades enfrentadas, indicando que, aunque la producción de celdas se había incrementado y se habían hecho recortes en costos, la empresa no logró obtener el financiamiento necesario para continuar. Se subraya que a pesar de haber mantenido contacto con cerca de un centenar de inversores, no pudieron asegurar un financiamiento de un mil millones de dólares que garantizara su continuidad.
Las causas de la bancarrota se atribuyen a la magnitud del proyecto, que planeaba la construcción de cinco plantas adicionales en Alemania y Canadá, combinada con una gestión poco efectiva, procesos ineficientes y una dependencia excesiva de maquinaria proveniente de China. La situación se agravó cuando la empresa no pudo cumplir importantes pedidos de clientes como BMW, lo que llevó a la cancelación de esos contratos. Se menciona también que podrían surgir interesados en adquirir los activos, incluyendo a Scania, el principal cliente de Northvolt, y a su mayor accionista, Volkswagen, que ya ha reconocido una pérdida significativa relacionada con la empresa.
Con la caída de Northvolt, el futuro de Europa en el ámbito de la producción de baterías se encuentra en una situación crítica. Sin la capacidad de producción propia, Europa corre el riesgo de convertirse en una mera colonia de los gigantes asiáticos de la batería, como CATL y Gotion, quienes continúan expandiéndose en el continente europeo a través de nuevas fábricas y asociaciones estratégicas. La situación de otras empresas europeas en la producción de baterías es de preocupación, ya que algunas, como la noruega Freyr, han decidido abandonar el sector para enfocarse en renovables, y proyectos significativos en Italia también han fracasado.