Olaf Scholz busca alternativas a la desesperada para mitigar despidos en Volkswagen
Volkswagen enfrenta una crisis en Alemania que podría provocar el cierre de fábricas y afectar a 30,000 empleados, mientras el gobierno busca soluciones.
La crisis actual que enfrenta Volkswagen (VW) está generando serios problemas en Alemania, con la posibilidad de cierre de fábricas que podría afectar a hasta 30,000 empleados. El canciller alemán, Olaf Scholz, ha afirmado que VW tiene una responsabilidad hacia sus trabajadores, desafiando la percepción de que los directivos deben priorizar a los accionistas. Según Scholz, la situación es el resultado de varios errores en la política energética y ambiental del gobierno. Estos errores incluyen la falta de protección para la industria automotriz frente a la creciente competencia china y el aumento en los costos de energía derivado del bloqueo del gas ruso.
Las tensiones han aumentado en VW debido a disputas con el personal sobre posibles recortes salariales y cierres de plantas, lo que ha llevado a negociaciones prolongadas entre los trabajadores y la dirección. En este contexto, el Estado de Baja Sajonia, que es el segundo mayor accionista de la compañía, también ha instado a VW a evitar el cierre de fábricas, subrayando la importancia de su participación en estas decisiones.
Scholz ha hecho un llamado a VW para que busque alternativas para evitar despidos y cierres de plantas, señalando que sería injusto cerrar instalaciones debido a decisiones de gestión que han contribuido a la difícil situación actual. La empresa se enfrenta a un entorno desafiante donde los altos costos operativos en Alemania y la llegada de competidores asiáticos más económicos ponen presión sobre su viabilidad. "Decisiones específicas serán negociadas entre los propietarios y los representantes de los trabajadores", dijo Scholz, quien también aseguró que una reducción del 10% en los salarios sería un paso difícil de aceptar para quienes todavía conserven sus empleos.
Mientras tanto, el sindicato IG Metall, liderado por la representante Daniela Cavallo, se mantiene firme en las negociaciones, resaltando la complejidad del panorama laboral en el que se encuentra VW. Con la presión del aumento de partidos de extrema derecha en Alemania, Scholz busca una solución que beneficie a los empleados sin desestabilizar la compañía, en un intento por restaurar la confianza tanto en el gobierno como en la industria.