Toshiba contempla cancelar la venta de su unidad de chips si no recibe la aprobación de China
La necesidad del grupo nipón por deshacerse de su división de semiconductores ya no es tan elevada como a finales del año pasado. La empresa había alcanzado un acuerdo con el consorcio liderado por Bain Capital.
Toshiba continúa arrastrando lastre. El gigante japonés ha pospuesto la venta prevista por 18.600 millones de dólares (15.141 millones de euros) de su unidad de chips de memoria a la espera de recibir la aprobación del regulador antimonopolio de China para el próximo mayo. La empresa contempla cancelar la operación si no obtiene luz verde en las próximas semanas, según Mainichi.
El consocio liderado por la firma estadounidense de capital privado Bain Capital se alzó victorioso a finales de 2107 de una batalla larga por la unidad de semiconductores de Toshiba. El grupo nipón no pudo completar la venta en la fecha límite, acordada para el 31 de marzo, ya que aún estaba esperando el visto bueno de las autoridades antimonopolio de China.
Las circunstancias, en todo caso, han cambiado en el seno de Toshiba. Si bien su necesidad por recaudar dinero y evitar una retirada del parqué eran sus prioridades a finales del año pasado, la salud financiera de la compañía ha mejorado en el arranque de 2018. Parte de ello se debe a la venta de su negocio de energía nuclear por 4.600 millones de dólares (3.820 millones de euros) en enero.
Asimismo, Toshiba lanzó en noviembre del año pasado una ampliación de capital de 600.000 millones de yenes (4.539 millones de euros) a través de la venta de nuevas acciones con el objetivo de mantenerse a flote.