2017, el año en que gobiernos y ‘telecos’ trazaron el camino hacia el 5G
La Unión Europea fijó a los países comunitarios el objetivo de desarrollar antes de finales de 2017 las planificaciones nacionales para el despliegue del 5G. España ultimó los preparativos para su segundo dividendo digital, que hará de alfombra roja para la llegada de la nueva tecnología de redes.
El 5G es la red del futuro y 2017 el año en que se desplegó la alfombra roja para su llegada. Gobiernos y telecos pusieron sus cartas sobre la mesa este año e iniciaron los preparativos para impulsar la quinta generación de la telefonía móvil. Más de una docena de países europeos ultimaron la realización de licitaciones de espectro para esta tecnología, entre ellos España, cuyo Plan Nacional 5G fue trazado en base al que será el segundo dividendo digital del país.
De acuerdo con el calendario establecido por la agencia Moody’s, Portugal, Noruega, Suecia y Dinamarca prevén llevar a cabo la subasta sobre la banda de 700 megahercios (MHz) entre 2018 y 2019. Se trata de un espacio radioeléctrico muy similar sobre el que España planea abrir un proceso de asignación de frecuencias, que están ocupadas actualmente por los servicios de difusión de la televisión digital terrestre (TDT), por lo que su uso para servicios de telefonía móvil requerirá de una nueva sintonización.
Esta banda deberá estar liberada y a disposición de los operadores de telecomunicaciones como muy tarde el 30 de junio de 2020, tal y como han pactado los países comunitarios con la Comisión Europea. Mientras tanto, Bélgica, Austria, Eslovenia, Macedonia, Italia, Bulgaria, Holanda, Alemania y Reino Unido también están pendientes de las licitaciones, de acuerdo con el objetivo fijado por la Unión Europea de desarrollar antes de finales de 2017 las planificaciones nacionales para el despliegue del 5G.
Más de una docena de países trazaron su estrategia para la adopción del 5G
Esta clase de subastas son de las más relevantes para los gobiernos, ya que suponen la obtención de recursos para las arcas públicas. En el caso de España se alcanzaron 1.800 millones de euros a través de las subastas de espectro para los servicios de Long Term Evolution (LTE), el conocido 4G, realizadas en 2011.
El Gobierno anunció el pasado noviembre que la licitación de estas frecuencias se iniciará en enero del próximo año. Se convocarán a subasta las bandas de 3,5 gigahercios (GHz) y 1,5 GHz, que serán utilizadas principalmente para dotar de mayor capacidad de datos a la red en las ciudades. El Estado estima que la introducción de toda esta tecnología en los sectores de la automoción, la salud, el transporte y los servicios públicos tendrá un impacto económico de hasta 14.600 millones de euros antes de 2025. Los operadores de telecomunicaciones del país podrán participar en este concurso.
En el terreno empresarial, Vodafone fue una de las operadoras que apostó con más contundencia por multiplicar la capacidad del actual estándar, en una táctica por facilitar la transición entre el 4G y el 5G. La compañía lanzó el pasado junio el 4,5G, cinco veces más rápido en la velocidad de descarga y en la capacidad de la red que el 4G.
Se trata del primer paso en la tecnología Massive MIMO (múltiple entrada y múltiple salida), que se presentó el pasado febrero durante el Mobile World Congress y que permite multiplicar la capacidad de la actual generación de telefonía móvil sin necesidad de usar espectro adicional. Esta tecnología resulta clave en situaciones donde se concentra una gran cantidad de usuarios conectados, gracias a su gran optimización en la capacidad y velocidad de transmisión de datos. Verizon y Ericsson también apostaron el pasado octubre por desplegar esta tecnología como parte de su hoja de ruta hacia el 5G.
Vodafone continuó yendo más allá durante los últimos meses del año. En diciembre, la compañía consiguió reducir drásticamente la latencia de su red en España al instalar la tecnología Multiacces Edge Computing (MEC), que le permitió reducir el tiempo de respuesta hasta un 90%. Este es un gran paso teniendo en cuenta que la latencia se situará por debajo de los cinco milisegundos (ms) con una red 5G, mientras que el actual se sitúa en veinte milisegundos, en el caso de una red 4G.
De hecho, la baja latencia es una de las grandes ventajas del 5G, según destacó este año el Observatorio Nacional de las Telecomunicaciones y de la Sociedad de la Información (Ontsi) en su informe La sociedad en Red. De acuerdo con el estudio, la nueva generación de telefonía móvil es una de las tendencias tecnológicas más revolucionarias en el corto plazo, precisamente gracias a esta reducción del tiempo de respuesta, que impactará de forma muy positiva en distintas tareas online.
La sueca Ericsson realizó una prueba real de 5G el pasado noviembre
La bajada y subida de datos se verán también enormemente aceleradas, por lo que se generarán mayores ventajas a la hora de consumir contenidos digitales a través del smartphone, especialmente los vídeos, cuya reproducción o descarga no consumirán tantos datos móviles. Es más, las descargas de datos incluso superarán a las de las actuales redes fijas de fibra óptica, lo que significa que una película de un gigabyte (GB) se podrá bajar en menos de diez segundos.
Cerca de estas velocidades se situó Ericsson el pasado noviembre tras su primera prueba real del 5G, en la que alcanzó una velocidad de transmisión de 5,7 gigabits por segundo (Gbps), con una latencia de tan sólo tres milisegundos. En España, Orange y la propia compañía sueca completaron una prueba de velocidad 5G en España el pasado septiembre, en la que alcanzaron 15 Gbps.
Moverse por esos márgenes no es barato. Cellnex pidió en octubre un préstamos de cien millones de euros al Banco Europeo de Inversiones (BEI) para financiar la construcción de nuevas infraestructuras relacionadas con el 5G en España e Italia. Otras compañías como Qualcomm, Intel, Huawei y ZTE también invirtieron en 2017 en el desarrollo de la futura red de conexión. La Comisión Europea prevé que la construcción de la red 5G supondrá una inversión de 56.000 millones de euros en 2020, aunque también dará lugar a la creación de 2,3 millones de puestos de trabajo.
Según las estimaciones de la Gsma, patronal de las operadoras de telecomunicaciones, en 2025 habrá más de 214 millones de líneas de móvil 5G en Europa, cifra que supone en torno a un 31% del total de los accesos móviles. Ese año, un 75% de la población del continente tendrá cobertura de 5G.
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