La administración de Trump prioriza la investigación en longevidad
La administración de Trump está impulsando investigaciones sobre longevidad, fomentando tratamientos anti-envejecimiento y cuestionando la clasificación del envejecimiento como enfermedad.
La administración de Trump, en su segunda fase, ha mostrado un notable interés por la longevidad, eligiendo a funcionarios con vínculos directos a este sector. Este giro podría facilitar el avance de tratamientos anti-envejecimiento y aumentar el financiamiento destinado a la investigación en este ámbito. A medida que prácticas como la ingesta de suplementos y terapias no convencionales se vuelven más populares, lo que anteriormente era una industria marginal comienza a ganar aceptación en el mainstream.
James Peyer, CEO de Cambrian Bio y director de una organización sin fines de lucro dedicada a la biotecnología de la longevidad, afirma que "la ciencia del envejecimiento ha alcanzado un punto de inflexión demasiado emocionante como para ser ignorado por cualquier gobierno". Personalidades influyentes como Robert F. Kennedy Jr., designado para liderar el Departamento de Salud y Servicios Humanos, y Bryan Johnson, un destacado biohacker, están generando un creciente interés mediático en estas prácticas. Kennedy, en un podcast reciente, admitió seguir un protocolo anti-envejecimiento y consumir un elevado número de vitaminas. Durante otro episodio, su amigo Johnson, cuya rutina de longevidad fue presentada en un documental de Netflix, expresó su deseo de hacer de Estados Unidos "el país más sano del mundo".
El nuevo enfoque hacia la longevidad incluye solicitudes de investigadores y emprendedores para acelerar el proceso de aprobación de fármacos y aumentar los fondos destinados a la prevención. Se espera que la administración favorezca terapias no tradicionales, como el uso de péptidos y células madre, así como un tratamiento del envejecimiento como "una condición patológica evitable". Sin embargo, actualmente no existen medicamentos aprobados por la FDA para el tratamiento del envejecimiento humano, y la agencia no clasifica el envejecimiento como una enfermedad.
Los científicos están trabajando para identificar marcadores biológicos que sirvan como indicadores del progreso en el desarrollo de tratamientos, lo que podría acortar significativamente el tiempo necesario para llevar estos productos al mercado. Además, las propuestas también incluyen que el National Institutes of Health (NIH) prioritice la investigación sobre la biología del envejecimiento en lugar de centrarse únicamente en enfermedades asociadas a la edad, dado que más del 70% de sus subsidios están destinados a investigar diversas formas de demencia.
Expertos como Eric Verdin, presidente del Buck Institute for Research on Aging, sugieren que un primer paso importante sería financiar estudios clínicos que exploren si medicamentos ya aprobados, como la metformina, pueden beneficiar a personas no diabéticas en su lucha contra el envejecimiento. Este enfoque de reutilizar medicamentos podría ser una forma viable de descubrir beneficios adicionales sin comprometer el sistema de salud.