Así ha conseguido China robarle a Europa toda la indústria automotriz
La competencia en la industria de automóviles eléctricos se intensifica, con Europa enfrentando desafíos significativos frente a los fabricantes chinos en tecnología y costos.
La carrera por la supremacía en la industria de los automóviles eléctricos se intensifica a medida que la brecha entre los fabricantes europeos y chinos se ensancha. Según un análisis reciente, los fabricantes europeos gastan un 30% más que sus homólogos chinos en la producción de vehículos eléctricos, lo que se traduce en precios más altos y una competitividad disminuida en el mercado.
Las empresas chinas están un paso adelante en términos de tecnología y eficiencia. Tienen mejores resultados en áreas críticas como la autonomía de la batería, los tiempos de carga y el software de los vehículos eléctricos. Este panorama permite a los fabricantes de China ofrecer precios más bajos, lo que a su vez desplaza a sus competidores europeos en un mercado cada vez más exigente.
Añadiendo a esta ventaja, China controla aproximadamente el 90% de la capacidad de refinación de litio y el 70% de la suministración de celdas de baterías en el mundo. Este control le otorga una ventaja significativa en la producción y desarrollo de vehículos eléctricos, especialmente en un contexto donde se anticipa un crecimiento sustancial de la demanda de minerales críticos como el litio, el cobalto y el níquel en los próximos años.
Se espera que la demanda de estos recursos aumente considerablemente, lo que podría llevar a la escasez y un incremento en los precios de producción de automóviles eléctricos en Europa para 2030. Tal situación se ve complicada por el hecho de que la República Democrática del Congo, que produce el 74% del cobalto mundial, enfrenta conflictos y guerras debido a su riqueza mineral, lo que resalta la fragilidad del suministro.
Un informe señala que, sin acciones correctivas, para 2030, solo una pequeña fracción del suministro europeo de materias primas podrá cubrirse con proyectos locales. En este sentido, el dominio de China sobre la cadena de valor podría representar un desafío sustancial para la industria automotriz europea. Se estima que, para 2027, se producirá un déficit global de litio, lo que elevaría los costos de producción y afectaría el precio final de los autos eléctricos en el continente europeo.
La realidad es sencilla: la ley de la oferta y la demanda seguirá su curso. A medida que la exigencia de recursos como el litio, el cobalto y el níquel aumente, también lo harán los costos, complicando aún más la posibilidad de que Europa logre destacar en el futuro mercado de vehículos eléctricos.