Bruselas planta cara a los gigantes tecnológicos con un impuesto del 3% sobre sus ventas
A finales de febrero, la Comisión Europea estaba considerando un tipo de entre el 1% y el 5%, aunque finalmente se ha decantado por gravar con un 3%, una tasa que podría generar hasta 5.000 millones de euros al año a los países de la Unión Europea.
A Google, Facebook, Apple y muchas otras más se les ha acabado el juego en Europa. La Comisión Europea ha propuesto gravar a los pesos pesados del negocio digital con un impuesto del 3% sobre su facturación allí donde operan. Este se aplicaría, por ejemplo, a la facturación por la venta de espacio publicitario o a los ingresos obtenidos por la prestación de servicios de intermediación.
A finales de febrero, Bruselas estaba estudiando la aplicación de un tipo de entre el 1% y el 5%, aunque finalmente se ha decantado por gravar con un 3%, una tasa que podría generar hasta 5.000 millones de euros al año a los países de la Unión Europea (UE). El impuesto sólo afectaría a las compañías que facturen más de 759 millones de euros en todo el mundo y más de cincuenta millones de euros en la UE.
El movimiento del Ejecutivo comunitario llega para evitar que cada Estado miembro aplique la regulación que le parezca conveniente mientras se establece un acuerdo global. “Preferiríamos reglas acordadas a nivel global”, expuso en un comunicado Valdis Dombrovskis, vicepresidente de la Comisión Europea.
La medida sólo afectaría a las empresas que facturen más de 750 millones en global y 50 millones en Europa
A largo plazo, el brazo ejecutivo de Bruselas quiere modificar las leyes sobre el Impuesto de Sociedades para que también tenga en cuenta la presencia digital de estas empresas. La presencia digital se mide según el volumen de facturación anual en un país (si es superior a los siete millones de euros), el número de usuarios (más de 100.000 al año) y a la cifra de contratos para proveer servicios digitales (más de 3.000 al año).
La aprobación de esta medida, que se abordará mañana jueves en la cumbre de líderes de la Unión Europea, requiere la unanimidad de los 28. Cabrá ver cómo responden Irlanda o Luxemburgo, que tradicionalmente se han opuesto a iniciativas comunitarias fiscales.