China responde a los aranceles de Trump con la amenaza de represalias
Donald Trump impone aranceles del 25% a Canadá y México, y del 10% a China, generando tensiones comerciales y posibles represalias.
El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, ha impuesto aranceles del 25% sobre los bienes importados desde Canadá y México, así como un 10% adicional sobre las importaciones provenientes de China. Estas tarifas entrarán en vigencia a partir del próximo martes y se mantendrán vigentes hasta que estas naciones tomen medidas contra el tráfico de la droga fentanyl hacia EE. UU.
En respuesta a estas decisiones, China ha declarado que tomará medidas recíprocas a las tarifas americanas y planea presentar una queja ante la Organización Mundial del Comercio (OMC), argumentando que estas nuevas tarifas violan las normas establecidas por el organismo internacional. Según el Ministerio de Comercio de China, estas acciones no solo perjudican las relaciones comerciales sino que también advirtieron que en las guerras comerciales no hay verdaderos ganadores.
La administración de Trump ha abierto la posibilidad de incrementar aún más los aranceles en caso de que Canadá, México o China adopten medidas de represalia. Economistas han expresado su preocupación al respecto, sugiriendo que estas tarifas podrían desencadenar una nueva guerra comercial, ralentizar el crecimiento económico global y reavivar la inflación.
El Ministro de Finanzas de Japón, Katsunobu Kato, también ha manifestado su inquietud por los posibles efectos de estos aranceles en la economía global y en el comercio japonés. Kato ha señalado que es crucial evaluar cómo Japón podría verse afectado y ha exhortado a tomar las medidas necesarias para mitigar el impacto.
La primera fase de la guerra comercial entre EE. UU. y China, que empezó en 2018, tuvo consecuencias negativas para ambas economías y solo se mitigó en parte con un acuerdo alcanzado en enero de 2020. La comunidad económica global observa con atención el desarrollo de estos acontecimientos, ya que el futuro de las relaciones comerciales entre estas potencias puede determinar el rumbo del crecimiento económico internacional.