La economía checa se mantiene robusta en Europa Central a pesar de la crisis
La administración de Petr Fiala busca reducir el déficit estatal a 180 mil millones de coronas checas, enfrentando desafíos económicos y humanitarios por la guerra en Ucrania.
La administración de Petr Fiala se ha comprometido a reducir el déficit estatal, considerado uno de sus principales objetivos. Se prevé que, durante su mandato, el déficit disminuya en aproximadamente 180 mil millones de coronas checas. Sin embargo, la guerra en Ucrania ha alterado considerablemente los planes presupuestarios del gobierno, obligándolo a revaluar sus promesas electorales en medio de una crisis económica y humanitaria. En este contexto, la llegada de cientos de miles de refugiados ucranianos ha tenido un notable impacto en las finanzas y políticas del país.
A pesar de estos desafíos, la economía checa se destaca como la más robusta de Europa Central en términos de gestión del déficit presupuestario, con una proyección de déficit de alrededor del 2.3% del PIB para 2024. No obstante, la política fiscal del gobierno ha enfrentado críticas tanto de los ciudadanos como de los economistas, quienes demandan reformas más ambiciosas para mejorar la situación fiscal del país. El primer ministro Fiala ha reconocido que, tras el inicio de la agresión rusa contra Ucrania, sería prudente haber invalidado algunas de las promesas electorales hechas anteriormente, dada la nueva realidad que enfrenta el país.
La situación de las finanzas públicas, en medio de la crisis de la guerra y la recepción de refugiados, es una de las pocas áreas que la administración Fiala puede presentar como un punto a favor ante los votantes y en la comparación internacional. De hecho, Fiala anunció que, a pesar de las numerosas crisis enfrentadas, su gobierno ha logrado implementar ahorros necesarios mientras asegura récords de inversión en infraestructura, defensa y educación.
A partir de las políticas implementadas, el déficit de las cuentas públicas se ha ido reduciendo, alcanzando niveles que anteriormente eran motivo de preocupación. En 2021, el déficit fue superior al 5% del PIB, y se espera que en el futuro inmediato se mantenga alrededor del 2.3%. Chequia se distingue por cumplir, incluso, con criterios maastrichtianos, algo que queda reflejado en su capacidad para actuar debido a su mejor situación fiscal en comparación con sus vecinos en la región central europea.
A pesar de los resultados positivos en la gestión del déficit, las condiciones de vida de algunos sectores de la población, como el de los jubilados, han suscitado un descontento notable, especialmente al haber limitado las valorizaciones de pensiones. Esto ha llevado a un descontento que podría influir en el apoyo electoral, alineando intereses hacia fuerzas políticas que proponen una mayor generosidad fiscal.
Por otro lado, la crisis energética resultante de la dependencia previa del gas ruso también afecta la competitividad checa en el mercado europeo. A medida que el gobierno busca mantener el equilibrio fiscal, los resultados económicos siguen siendo favorables, principalmente impulsados por un incremento en el consumo interno tras años de austeridad.
En resumen, la administración de Fiala se halla en un camino donde el desafío sigue siendo encontrar un equilibrio entre la disciplina fiscal y la necesidad de abordar las demandas y necesidades de la población, en un contexto global y regional que no deja de presentar complicaciones.