La economía del Reino Unido se contrae un 0.1% en enero, revelan datos oficiales

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La economía del Reino Unido se contrae un 0.1% en enero, revelan datos oficiales

El Reino Unido enfrenta un retroceso económico inesperado en enero, dificultando las proyecciones de crecimiento y generando inquietud sobre el futuro.

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La economía del Reino Unido se contrajo inesperadamente un 0.1% en enero, según los datos oficiales publicados el viernes por la Oficina de Estadísticas Nacionales. Este descenso contrasta con las expectativas de crecimiento del 0.1% pronosticadas por economistas encuestados por Reuters, y se atribuye principalmente a la contracción en el sector de producción, una de las áreas más importantes de la economía.

Este déficit en el crecimiento se suma a un panorama incierto, reflejado en el ajuste a la baja de las previsiones del Producto Interno Bruto (PIB) del Reino Unido para 2025, que ha sido revisado del 1.5% al 0.75%. Esta revisión sugiere una creciente falta de confianza en el desempeño económico a largo plazo del país.

La publicación de estos datos se produce justo antes de la 'Declaración de Primavera' del Tesoro, programada para el 26 de marzo, donde la Canciller Rachel Reeves presentará actualizaciones sobre los planes económicos del Reino Unido. Esta declaración se emitirá junto a pronósticos económicos del Oficina de Responsabilidad Presupuestaria, que evaluará el probable impacto de las reformas fiscales y de gasto del gobierno.

Sin embargo, hay preocupaciones sobre los planes fiscales del Tesoro, que incluirán un aumento de la carga tributaria sobre las empresas británicas, lo que podría afectar la inversión, el empleo y el crecimiento económico. Reeves ha defendido estas medidas, argumentando que son necesarias para potenciar la inversión en servicios públicos.

Adicionalmente, el Banco de Inglaterra realizó su primer recorte de tasa de interés del año en febrero, indicando que podrían seguir más recortes en respuesta a un menor crecimiento. El banco central ha manifestado la necesidad de equilibrar el impulso del crecimiento con los riesgos inflacionarios en un contexto económico volátil. La situación se complica todavía más con las tarifas comerciales impuestas por el presidente de EE. UU., Donald Trump, aunque el Reino Unido aún no ha sido objeto de estas medidas restrictivas.