El futuro del bitcoin: entre la regulación y el ‘laissez faire’

Primero fueron los bulbos de tulipanes en el siglo XVII. Un siglo más tarde, la burbuja de los mares del sur contagió a Reino Unido, y en los últimos veinte años, tanto las puntocom como el ladrillo (bajo las hipotecas subprime), han dado forma a las últimas burbujas financieras. Desde 2017, las principales autoridades económicas advierten de la sombra de una nueva burbuja que planea sobre los mercados bajo el nombre de bitcoin.

“El bitcoin es una burbuja y un activo sin valor intrínseco”, aseguró Jean Tirole, Premio Nobel de Economía 2014, en diciembre del año pasado. “Hay riesgo y probabilidades reales relativamente significativas de que acabe colapsando”, advirtió el mismo Carlos Torres, consejero delegado de BBVA. “El bitcoin es ineficiente desde una perspectiva económica y ecológica”, expuso Jens Weidmann, presidente del Bundesbank, la semana pasada.

Las advertencias de los expertos coincidieron en pleno rally del valor del bitcoin, que el 17 de diciembre tocó techo al superar los 20.000 dólares durante el día. De esta forma, la criptodivisa duplicó su precio en menos de veinte días. La subida resultó aún más sorprendente si se tiene en cuenta que el bitcoin tardó tres meses en pasar de 2.500 dólares a 5.000 dólares.

El bitcoin perdió la mitad de su valor en enero y tocó mínimos en febrero con 6.914 dólares

La alegría duró poco. Tras cerrar la sesión del 18 de diciembre a 19.086,64 dólares, el bitcoin perdió 5.229,5 dólares en sólo cuatro días y, a partir de allí, entró en caída libre: perdió la mitad de su valor en un mes y tocó mínimos el 5 de febrero al cerrar la jornada en 6.914 dólares. El descenso del bitcoin coincidió con un lunes de pánico en Wall Street: el Dow Jones cayó un 4,6%, el Nasdaq perdió los 7.000 puntos y el S&P retrocedió un 4%.

Tras unas horas de angustia en los mercados, la criptomoneda recobró su senda alcista, a la par que se recuperaban los mercados financieros. El 8 de febrero, el valor del bitcoin se elevó hasta 8.237,24 dólares, el lunes siguiente continuó creciendo hasta 8.891,21 dólares y cerró el viernes pasado a 10.057,18 dólares. ¿Continuará así en 2018?

“Habrá un crecimiento más sostenido y lento”, explica Jaime Fernández, experto en blockchain y fintech de la consultoría Finnovating, a Kippel01. Fernández apunta que asimismo “muchas criptomonedas desaparecerán por no tener un producto real detrás, lo que ha hecho que haya inversores que obtengan retornos por especular con ellas”. Por tanto, el experto cree que estos estudiarán con lupa las futuras inversiones, lo que generará “una mayor probabilidad de éxito”.

Jean Tirole, Premio Nobel de Economía 2014

De momento, una de las mayores preocupaciones que genera el bitcoin es su volatilidad. Según Javier Díaz-Giménez, profesor de economía de Iese Business School, esta “es insoportable” y, además, su uso como medio de pago es “muy minoritario”. La opinión sobre  la volatilidad también la comparte Jesús Palau, del departamento de economía, finanzas y contabilidad de Esade, quien afirma que “el bitcoin es cualquier cosa menos una moneda”.

Palau equipara el valor que pueda tener la criptodivisa al de “un sello o un cuadro”, que en cualquier momento puede ser mayor o menor. “Es una gran especulación financiera que pretende pillar a los incautos”, asegura el profesor. De hecho, la Comisión Nacional del Mercado de Valores (Cnmv) está estudiando la posibilidad de crear un marco legal sobre la inversión en bitcoin y otras monedas digitales.

Según su presidente, Sebastián Albella, la Cnmv se plantea incluso ampliar su margen de actuación sobre las criptomonedas dado que, para el directivo, “es un tema muy vivo que causa verdaderas tragedias personales”. No es la primera vez que Albella se pronuncia con preocupación ante un riesgo que, tal y como ha aseverado con anterioridad, generan los productos financieros basados en blockchain. “Tenemos que estar muy alerta en relación con este tipo de fenómenos”, indicó a mediados de enero.

“Las criptomonedas plantean un importante desafío al monopolio de emisión, que siempre ha pertenecido a los bancos centrales”, expone Díaz-Giménez

La Cnmv no es la única entidad que se ha comprometido a regular las divisas digitales. La Comisión de Servicios Financieros de Corea del Sur también ha debatido el alcance que tendría una posible regulación (que no prohibición) de estos activos, mientras que el Bundesbank ha incidido en que es necesaria una regulación a escala global, entre muchas otras advertencias de entidades como la Autoridad Bancaria Europea, la Securities and Exchange Commission (SEC, por sus siglas en inglés) o el Banco Central Europeo.

Los principales actores de la industria financiera han ido un paso más allá con la actuación de entidades como JP Morgan, Lloyds o Bank of America, que han decidido prohibir el uso de las tarjetas de crédito para invertir en las criptomonedas. Citigroup, Discover y Capital One se han comprometido a seguir los mismos pasos. “Lo peligroso es que los bancos tuvieran bitcoin entre sus activos”, teoriza Palau.

En palabras de Díaz-Giménez, “las criptomonedas plantean un importante desafío a la regulación, al monopolio de emisión, que siempre ha pertenecido a los bancos centrales”. Estos, además, actúan como principal respaldo en el sistema financiero, algo que no ocurre con el bitcoin que, por la propia naturaleza de blockchain, prescinde de intermediarios.

¿Sobre quién recae la responsabilidad del bitcoin?

El consenso de la comunidad. Este es el mantra que exponía Satoshi Nakamoto, autor del documento Bitcoin: un sistema de dinero en efectivo electrónico peer-to-peer, al definir blockchain (el sistema que sustenta el bitcoin) como un sistema de transmisión de redes peer-to-peer, descentralizado y cuyas transacciones se reflejan en una cadena de bloques (blockchain). En este sistema, las autoridades centrales o los bancos no tienen ninguna competencia, todas las transacciones se basan en el consenso de la comunidad.

“El único responsable del bitcoin eres tú”, asegura Palau. “La libertad va ligada a asumir responsabilidades -argumenta Fernández-; es recomendable disponer del dinero no sólo en una cartera, sino en varias, tomar precauciones y tener tus claves bien guardadas” ante el riesgo de posibles ataques informáticos.

De cara al futuro, el experto de Finnovating considera que “se debería crear un documento de buenas prácticas y conductas que evite a los inversores estar penalizados o perseguidos por la ley”. Para Fernández, “hay muchas eficiencias y cosas que mejorar pero al final los costes se reducirán y habrá nuevas soluciones para agilizar las transacciones”.

Desde el punto de vista del profesor de economía de Iese, “las criptomonedas son interesantes y no se deben desechar, van a ser parte del menú de activos que vamos a tener en el futuro”. En el lado opuesto concluye Palau: “es una burbuja que dios sabe cuándo explotará”.