Estados Unidos y Qatar se posicionan como líderes en suministro de GNL para Europa
Estados Unidos y Qatar lideran el suministro de gas natural licuado en Europa, desafiando el monopolio del gas ruso y afectando los precios en el mercado.
Estados Unidos y Qatar se han consolidado como los principales proveedores de gas natural licuado (GNL) en Europa, una situación que se ha vuelto crítica a medida que la región busca alternativas al gas ruso. El 6 de enero, las cotizaciones del gas en el TTF de Ámsterdam se ubicaron en 47,2 euros por MWh, lo que sugiere que el mercado ha logrado absorber la interrupción del gas ruso, que dejó de fluir por Ucrania a partir del 1 de enero de 2025. Este cambio se produce en un contexto donde los precios de GNL en Estados Unidos aumentaron un 10% en un solo día, alcanzando 3,66 dólares por millón de BTU, lo que representa un incremento significativo desde los 3,2 dólares que se registraron un mes antes.
Este aumento de precios en Estados Unidos se ha visto favorecido, en parte, por un intenso frío que ha afectado la demanda interna. Sin embargo, también se esperan repercusiones en Europa, donde el costo del GNL ya es más elevado en comparación con el gas transportado por gasoducto. En medio de estas fluctuaciones, el ministro del Ambiente italiano, Gilberto Pichetto Fratin, ha propuesto establecer un teto en los precios del gas. Esta iniciativa, sin embargo, se enfrenta a la posibilidad de oposición dentro de la Unión Europea, en particular por parte de Países Bajos y Francia, que podrían ver en esta medida una amenaza para su competitividad.
Desde un marco económico más amplio, un aumento de 15 euros en el precio del gas podría conllevar costos adicionales de aproximadamente 1,575 millones de euros al año para las pequeñas y medianas empresas (Pymes) italianas, con un impacto significativo en sectores que dependen en gran medida del consumo energético, como el manufacturero, agroalimentario y de logística. En un momento donde la recuperación de la demanda china también está en juego, la situación del mercado europeo se torna más compleja.
Así, mientras la política energética italiana intenta adaptarse a un panorama cambiante, la evolución de precios y la negociación dentro de la UE serán cruciales para determinar la viabilidad de las empresas y la estabilidad del suministro energético en Europa.