Europa y China en un conflicto económico por subsidios y aranceles
La UE y China enfrentan un creciente conflicto económico, marcado por subsidios europeos a la industria eléctrica y aranceles a productos chinos, generando críticas y tensiones comerciales.
La Unión Europea (UE) se encuentra en el centro de un creciente conflicto económico con China, en un contexto donde, por un lado, proporciona ayudas significativas a su industria eléctrica y, por otro, impone aranceles a productos chinos, incluyendo vehículos eléctricos y paneles solares. Esta dualidad ha sido objeto de crítica en un informe elaborado por un think tank chino, que denuncia que las políticas de subsidios de la UE están perjudicando la competitividad de otras naciones y distorsionan los mercados globales.
Según el informe, titulado “La política de sussidios industriales de la UE para baterías de litio, productos fotovoltaicos y vehículos eléctricos en nombre de la transición verde”, se destaca que las industrias de baterías, fotovoltaicos y vehículos eléctricos han recibido un total de 65,5 mil millones de euros en subsidios de la UE y fondos nacionales. Esta cifra incluye al menos 25,2 mil millones de euros provenientes de programas de financiamiento de la UE y 40,3 mil millones de euros de iniciativas de ayudas estatales por parte de los Estados miembros.
El análisis presentado en el Libro Azul chino sostiene que las políticas de subsidios de la UE se perciben como proteccionistas, debilitando la competencia leal y, por ende, amenazando la estabilidad industrial y la cadena de suministro global. Los subsidios, en su totalidad, están generando una carrera por incentivos a nivel global que no solo distorsiona los precios de exportación, sino que también perjudica los intereses de otros países.
China ha respondido a las acusaciones de la UE, argumentando que el crecimiento de su sector automotriz se basa en la innovación y una sólida cadena de suministro, en lugar de en subsidios estatales excesivos. En un contexto marcado por la tensión, el embargo de aranceles por parte de la UE puede ser visto como el inicio de una guerra comercial que podría tener repercusiones negativas para ambas partes.
Las medidas de la UE, justificadas como parte de una transición verde, han sido criticadas por la falta de coherencia con las normas del comercio mundial, lo que resalta el dilema que enfrenta la región: el deseo de impulsar el crecimiento verde interno frente a las consecuencias que sus políticas generan a nivel internacional. Sin duda, este conflicto no solo afecta la relación entre estas dos potencias, sino que también plantea interrogantes sobre cómo se definirán las reglas del juego en una economía global cada vez más interconectada.