Expertos en semiconductores de Europa y EE.UU. son el nuevo objetivo de empresas chinas
La administración saliente de Biden impone restricciones a semiconductores en China, mientras el país intensifica sus compras y reclutamiento de talento tecnológico.
La administración del presidente saliente de los Estados Unidos, Joe Biden, ha impuesto restricciones significativas al acceso de China a semiconductores avanzados. Esta medida busca frenar el desarrollo de tecnologías en áreas críticas como la supercomputación, la inteligencia artificial y, especialmente, en la mejora de sistemas militares. Se anticipa que el nuevo presidente, Donald Trump, implementará políticas aún más severas en este ámbito. Otros países, incluyendo naciones de la Unión Europea, han tomado decisiones similares en respuesta a las preocupaciones por la seguridad tecnológica.
China, antes de la implementación de estas sanciones, realizó una compra masiva de tecnología, adquiriendo 400 máquinas litográficas en los últimos cinco años. En 2023, estas compras aumentaron en un 47%, alcanzando un valor total de 27.4 mil millones de dólares, con un precio promedio de 30 millones de dólares por máquina, lo que implica un notable incremento respecto a años anteriores.
Además de asegurar el suministro de tecnologías, China ha lanzado una nueva estrategia centrada en la captación de talento proveniente de compañías tecnológicas occidentales. Empleados de firmas reconocidas, como Zeiss SMT y ASML Holding, están recibiendo ofertas privadas a través de llamadas telefónicas, correos electrónicos y mensajes en LinkedIn. Esta labor de reclutamiento es realizada frecuentemente por headhunters vinculados a grandes empresas chinas, como Huawei Technologies.
Las empresas chinas se dirigen a expertos con acceso a información confidencial, ofreciendo salarios que son, en promedio, tres veces mayores que los que perciben en su país de origen. En el sector de semiconductores en Europa, esto se traduce en compensaciones superiores a los 5,000 euros mensuales en bruto. Asimismo, estas tácticas de reclutamiento se han observado en Silicon Valley, Estados Unidos, y en Taiwán. Algunas compañías chinas incluso están estableciendo filiales locales para ocultar su origen y evitar sospechas.