El índice MSCI World muestra una fuerte dependencia del mercado estadounidense
El año 2024 ha visto un notable rendimiento de acciones, destacando las estadounidenses, pero el mercado europeo podría presentar oportunidades atractivas a futuro.
El año 2024 ha demostrado ser un período fuerte para los inversores en acciones, pero con diferencias geográficas significativas en el rendimiento de los mercados. Las acciones estadounidenses se han destacado como las claras ganadoras en este contexto. El ETF iShares Core S&P 500 logró un rendimiento impresionante, alcanzando casi un 34%, mientras que el ETF iShares STOXX Europe 600 apenas superó el 9%.
Este rendimiento desigual se refleja en la composición del índice MSCI World, donde las acciones estadounidenses representan actualmente cerca del 74%, lo que indica una notable dependencia de los inversores en el mercado estadounidense. De acuerdo con los datos de Saxo Bank, los clientes europeos de la entidad asignan hasta el 49% de sus portafolios a acciones europeas, en contraste con el 36% que se destina a acciones estadounidenses. Este comportamiento refleja una preferencia por el mercado local, al tiempo que sugiere una posible percepción de que las acciones estadounidense podrían estar alcanzando su cúspide.
A pesar de los resultados sobresalientes de las acciones estadounidenses, se considera que mantener inversiones en el mercado europeo puede no ser una decisión del todo negativa para el próximo año. Se espera que el crecimiento del beneficio por acción (EPS) en Europa experimente un aumento significativo en 2025, contribuyendo así a reducir la brecha de rendimiento con respecto a sus contrapartes estadounidenses. En el año 2024, el S&P 500 reportó un crecimiento del EPS de aproximadamente 10%, mientras que las empresas del índice STOXX 600 en Europa solo lograron un modesto 2% de aumento.
Además, las acciones europeas se están negociando actualmente a precios más bajos en relación con las expectativas de ganancias proyectadas para 2025. Esto podría hacerlas atractivas para los inversores en los próximos años, sugiriendo que una reevaluación del potencial de rendimiento en este mercado podría ser prudente. En resumen, si bien el desempeño reciente ha favorecido claramente a las acciones estadounidenses, las condiciones futuras podrían ofrecer oportunidades más favorables en el mercado europeo.