Joe Biden propone restricciones a software y hardware chino en vehículos conectados

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Joe Biden propone restricciones a software y hardware chino en vehículos conectados

Joe Biden propone restricciones a software y hardware chino en vehículos conectados, generando preocupación por costos y repercusiones para la industria tecnológica estadounidense.

Descripción

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha propuesto nuevas restricciones dirigidas a la seguridad nacional que afectarán el uso de software y hardware de origen chino en vehículos conectados en el país. Esta estrategia se implementará con el objetivo de proteger la integridad de la infraestructura tecnológica estadounidense, aunque los críticos advierten que podría resultar en costos elevados para las empresas.

Según la propuesta del Departamento de Comercio, se contempla un cierre total de componentes clave de software y hardware chino en vehículos conectados. Los plazos estipulados indican que las restricciones para el software estarán vigentes a partir de 2027, mientras que las relacionadas con el hardware comenzarán a aplicarse en 2029. Al respecto, la US Consumer Technology Association (CTA), la mayor organización comercial del sector tecnológico en América del Norte, ha manifestado su preocupación por las implicaciones económicas que esto conllevaría.

La CTA estima que entre 42 y 281 empresas podrían verse afectadas por estas normativas. Se anticipa que los costos iniciales para las entidades involucradas oscilarían entre 30,964 y 38,554 dólares. Sin embargo, el verdadero impacto financiero de estas regulaciones es difícil de cuantificar en el corto plazo, lo que ha generado incertezas en la industria.

Uno de los puntos críticos de esta propuesta es que no toma en cuenta la relación entre los sistemas de conectividad de los vehículos y el ecosistema más amplio de aplicaciones inalámbricas, lo que podría perjudicar gravemente el desarrollo de tecnologías clave, especialmente en el ámbito de los vehículos eléctricos. La CTA ha recomendado una prórroga en los plazos para la eliminación de la tecnología china, sugiriendo un periodo de uno a tres años para el software y de cuatro a seis años para el hardware, a fin de alinearse mejor con las realidades de la producción automotriz.

En resumen, la implementación de estas restricciones presenta un desafío significativo tanto para la industria automotriz como para los consumidores y podría tener repercusiones duraderas en el ecosistema tecnológico de Estados Unidos.