La cesta online del súper en España: un nicho del 1%
El mercado de la alimentación en el país generó más de 67.000 millones de euros en 2015, el 1% de los cuales eran compras online.
Ulabox, Comprea, Voy por ti, Deliberry, Lola Market e, incluso, Amazon Prime Now, reman en el mismo barco. O más bien podría decirse que reman en el mismo bote, dado que todas estas empresas españolas han entrado a competir por un mercado que representa sólo el 1% del total de la alimentación en España: la cesta online.
Todas estas compañías, entre otras más, se dedican a hacer la compra de sus usuarios en el supermercado y entregárselo en casa en el momento que deseen (o en franjas de entre una y dos horas). Y todas ellas se encuentran sumergidas en el mercado de la alimentación en los hogares, un segmento que en 2015 alcanzó 67.043 millones de euros en España, según el Informe del consumo de alimentación en España 2015, elaborado por el Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medioambiente.
De todos estos miles de millones de euros que generó el consumo de alimentos en el país, sólo un 1% se correspondió al volumen de compras que se realizaron online, según señala el estudio Grocery Online Retailing in Spain, de Global Agricultural Information Network. En esta misma tasa se incluyen, además, las ventas online realizadas por los propios supermercados, como Mercadona, El Corte Inglés o Carrefour.
La compra online de alimentación bazar generó poco más de un millón de euros en 2015
Completa esta información el Observatorio Nacional de las Telecomunicaciones y de la Sociedad de la Información (Ontsi), que en su Estudio sobre Comercio Electrónico B2C 2015 señala que la compra online de productos de alimentación bazar (que además de productos alimenticios incluye otro tipo de objetos como relojes, juguetes, artículos para la casa y objetos de regalo), representó el 15,2% del total de transacciones en la Red en España, alcanzando poco más de mil millones de euros de facturación.
Pese a ello, estos últimos años se ha producido un boom de compañías dispuestas a intermediar entre un consumidor cada vez más ajetreado y con menos tiempo, y su supermercado. Un servicio dirigido, sobre todo, a un cliente tipo: joven, con trabajo e independizado.
De hecho, la encuesta realizada por el Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente señala que sólo el 10,8% de los españoles encuestados afirmaron haber realizado alguna compra de productos alimenticios a través de Internet. De estos, la mayoría eran jóvenes de entre 22 y 35 años, y sólo el 6% de los encuestados que habían llenado su cesta de la compra en la Red superaban los 55 años.
Amazon tampoco se ha quedado atrás en la conquista del 1% de la cesta online
A su conquista se han lanzado empresas como Comprea, Ulabox, Deliberry, Lola Market o Unplis (que acabó cerrando el pasado marzo), que han encontrado su hueco y su nicho para actuar como intermediarios. Con cuotas de entrega que rondan los cinco euros, estas compañías se encargan de ir al establecimiento deseado, comprar los productos que su cliente necesita y entregarlos en el horario que el comprador especifique (o en una hora, según la urgencia del pedido).
Amazon tampoco ha sido una excepción. El gigante estadounidense se ha ido acercando cada vez más al segmento de los productos frescos y ha lanzado el servicio Prime Now (operativo, de momento, en Madrid y Barcelona) para colaborar con supermercados de la zona e incluso con mercados como el de La Paz (Madrid).
Muchas son las compañías que se han propuesto sumarse a la transformación digital de sus negocios y poner en marcha sus servicios online, y los supermercados no han sido menos. El Corte Inglés, por ejemplo, lanzó en 2015 el servicio Click&Collect, con el objetivo de agilizar sus tiempos de entrega y acortarlos a dos horas; mientras que Caprabo fue uno de los pioneros en 2014 en lanzar una app de venta online.
Los costes asociados a la tienda online y el servicio de entrega frena a muchos supermercados
Pese a ello, muchos de estos operadores han optado por colaborar con los recién llegados y sumar sus productos a sus plataformas. Una buena aplicación móvil, un diseño responsive o la agilidad de uso son algunas de las carencias que se les atribuye a los gigantes del sector.
Además, los altos costes asociados al servicio de entrega (más personal, más vehículos y más combustible) chocan con las tarifas que los clientes están dispuestos a desembolsar por este tipo de servicio, un factor que frena al supermercado a la hora de lanzarse al delivery, según un el artículo The future of online grocery in Europe, de McKinsey.