La población española gana optimismo: crece la disposición a comprar en el segundo trimestre

Los españoles ganan optimismo hacia el futuro. En el segundo trimestre de 2018, los indicadores de expectativas económicas, de ingresos y la disposición a comprar han experimentado fuertes ascensos, frente a las caídas generalizadas registradas en el arranque del año. España experimentó la mayor subida de Europa en cuanto a previsiones económicas entre su población, según se desprende del estudio Clima de Consumo para Europa, elaborado por la consultora GfK.

En concreto, España cerró el segundo trimestre con una nota de 24 puntos en el indicador de previsiones económicas, frente a los 12 puntos de marzo. El nuevo dato sitúa al país con unas mejores perspectivas y confianza en el rumbo económico que Francia (15 puntos), Italia (-18 puntos) y Reino Unido (-21 puntos), al tiempo que acorta distancia respecto a los 37 puntos de Polonia, el país de los dieciséis analizados con mayor puntuación.

Gfk señala en su estudio que el cambio de Gobierno y las mensajes emitidos en los primeros días “han podido impulsar una nueva percepción entre la población”, dado que “a nivel macroeconómico, el país no ha sufrido cambios destacados en estos meses”.

Gfk atribuye el aumento de las expectativas económicas entre la población al cambio de Gobierno en España

Por otro lado, las expectativas de ingresos de los españoles también mejoraron en el segundo trimestre, hasta situarse en 17 puntos en junio, quince más que tres meses atrás. En los dieciséis países europeos analizados, sólo Francia y Grecia marcan notas negativas en esta categoría, que lidera Alemania de forma holgada con 58 puntos, seguida de Polonia con 38 puntos.

Finalmente, la población española también parece más predispuesta al consumo. Las expectativas de gasto entre los ciudadanos del país se situaron en 6 puntos, frente a los 2 puntos negativos de marzo. Pese a la mejora, España se mantiene como uno de los países europeos con menos ganas de comprar, con la nota positiva más baja del continente, por delante sólo de la nota negativa de Reino Unido y Grecia.