Más inversión, educación y proyección: los pasos de China para consolidar su posición como líder digital
El país asiático deberá apoyar e impulsar el emprendimiento más allá de sus propias fronteras para ganar músculo en el panorama digital mundial. Se espera una mayor colaboración de China en el debate y la gobernanza del nuevo ecosistema.
China se ha convertido en un mercado todopoderoso en el entorno digital. El país asiático ha levantado un parque empresarial especializado en tecnologías digitales y ha generado una enorme clientela de este tipo de servicios. El siguiente paso de China es asegurar su lugar en el paisaje digital mundial y apoyar el emprendimiento mucho más allá de sus propias fronteras.
Así lo señala McKinsey&Company en su estudio Digital China: Powering the economy to global competitiveness, que indica que China debe continuar siendo un inversor importante y un consumidor de tecnologías e infraestructura digitales para crecer a escala mundial. Todo comienza por la transformación digital del propio Estado: la digitalización de las operaciones del Gobierno será una contribución sustancial al consumo de tecnologías digitales del país.
En ese sentido, la Administración asiática ha de potenciar los mercados de robótica e inteligencia artificial, fomentar la inversión a largo plazo y la innovación de las empresas, y continuar invirtiendo en ampliar la infraestructura necesaria para abordar la brecha entre los que tienen y los que no tienen medios digitales.
China deberá promover una competencia saludable que evite la creación de monopolios
McKinsey también insta a China a promover una competencia dinámica y saludable para impulsar la innovación y servir a los intereses de los consumidores. Aunque la concentración del mercado permite a los gigantes digitales de China invertir a gran escala en tecnologías de vanguardia, existe la preocupación de que los monopolios digitales acaparen la mayor parte del tráfico y de clientes.
Por ello, es importante que el Gobierno chino actúe para contrarrestar cualquier abuso de poder de mercado y garantice una competencia dinámica y saludable a través de la legislación. Asimismo, el estudio aboga por que el Estado se asegure de que las barreras de entrada sean bajas para que los nuevos jugadores puedan competir con los que ya están asentados.
Por otro lado, la rotación de empleos aumentará inevitablemente a medida que los nuevos sectores digitalizados sustituyan a los tradicionales. Según McKinsey, se pueden destruir entre 161 millones y 281 millones de empleos debido a la transformación digital y la automatización. Para 2030, la oferta de mano de obra de China podría disminuir de 773 millones a 757 millones.
Para China, será clave contribuir a los debates globales sobre gobernanza digital
Pese a ello, el impacto digital en el mercado laboral será manejable para China, siempre y cuando el Gobierno, las empresas y las personas contribuyan a hacer la transición lo más fluida posible mediante una estrategia educativa. Hará falta una mayor capacitación, programas de redespliegue laboral y medidas para aumentar la movilidad laboral, indica el estudio.
Asimismo, será clave para China contribuir a los debates globales sobre gobernanza digital para llegar a un consenso mundial. El país asiático deberá colaborar en cuestiones como ciberseguridad, estándares digitales, derechos de propiedad intelectual y soberanía digital. China ya está involucrada en muchos debates sobre estos temas, y ha de continuar desempeñando este papel para alcanzar un consenso global, de acuerdo con McKinsey.
El coloso digital del siglo XXI
China aspira a convertirse en el coloso digital del siglo XXI. En el terreno del ecommerce, el país asiático aglutinó menos del 1% del valor de las transacciones mundiales hace apenas una década, mientras que en el último año copó más del 40%, recoge el estudio. Por tanto, el valor actual de las transacciones de comercio electrónico de China ya es superior al valor combinado de Francia, Alemania, Japón, Reino Unido y Estados Unidos.
La penetración de los pagos móviles entre los usuarios de Internet de China también es cada vez mayor, pasando de un 25% en 2013 a un 68% en 2016. Entonces, el valor de los pagos móviles relacionados con el consumo individual alcanzó 790.000 millones de dólares (663.337 millones de euros), once veces más que en Estados Unidos.
De cara a 2018, será crucial el acercamiento entre Estados Unidos y China, una relación actualmente deteriorada por la guerra comercial que afrontan y el boicot a empresas como ZTE. En su estudio What can we expect en China in 2018?, McKinsey señala que la mayoría del parque empresarial chino está muy concentrado localmente, por lo que las compañías están “impacientes” por escalar en otros lugares.