Mucho equipamiento, pocas prestaciones: radiografía de las TIC en las pymes

Transformación digital. Estas son las dos palabras que han resonado con fuerza en las oficinas de los españoles en los últimos años. Desde el proyecto de digitalización del Ministerio de Justicia hasta el desarrollo de estrategias digitales para ganar en competitividad, pasando por el fichaje de altos directivos de perfil tecnológico para conseguir esta transformación, los más de 3,23 millones de compañías del país han movido ficha para no quedarse a la zaga en este maratón.

¿Cómo se relacionan las pequeñas y medianas empresas (pymes) de España con las últimas tecnologías? ¿Son conscientes de la importancia de estar presentes en la Red? ¿Están preparados para entablar un diálogo online con sus clientes? A primera vista podría parecer que sí. En 2016, el 99,1% de las pymes y grandes compañías disponían de ordenador, porcentaje que bajó hasta el 74,5% en el caso de las microempresas.

Por otra parte, más del 98% de los grupos disponía de conexión a Internet en sus oficinas, mientras que la tasa de microempresas con acceso a la Red ascendía al 70,7%. Según las conclusiones del último informe del Observatorio Nacional de las Telecomunicaciones y de la Sociedad de la Información (Ontsi), no obstante, existe una importante brecha digital entre las pymes del país en cuanto a la adopción de las últimas herramientas digitales.

Para empezar, sólo el 31,5% de las microempresas del país contaba con una página web corporativa el año pasado, mientras que en el caso de las pymes esta tasa ascendía al 77,5%, según se desprende del estudio E-pymes 2016. Y aunque la gran mayoría de las compañías tienen muy presente que las redes sociales es uno de los elementos básicos para conectar con su cliente (menos del 5% de estas considera que “no son nada útiles”), herramientas como el cloud computing continúan siendo un gran desconocido para muchas de ellas.

En estos últimos meses, el negocio de cloud ha sido uno de los grandes impulsores de tecnológicas como Microsoft, Oracle e incluso Amazon. Para la empresa estadounidense, de hecho, esta es una de las divisiones con la que pretende ampliar su cartera de clientes y hacerse un hueco en el nicho de start ups de España. En 2016, el 80% de las pymes y grandes empresas del país, no obstante, no hacían uso de este tipo de tecnología, una tasa que se elevaba al 92% en el caso de las microempresas.

Por otra parte, muy pocas compañías españolas contemplaron la opción de formar a sus empleados en competencias digitales. Según los datos de E-pymes 2016, el porcentaje de pymes y grandes compañías que educó a sus trabajadores en este ámbito ascendió al 23,4%, y la mayoría de ellas pertenecían al sector de información y comunicaciones. En el caso de las microempresas, esta tasa no pasó del 3,1%.

Internet como escaparate y uso del ‘big data’

El uso de la Red como plataforma para anunciarse también fue relativamente baja. Según los datos de Ontsi, sólo el 23% de las pymes y grandes empresas y el 11% de las microempresas con conexión a la Red pagaron por anunciarse en Internet. De entre todos los sectores, los hoteles y agencias de viajes, y los grupos de venta y reparación de vehículos de motor fueron los más propensos a pagar por sus anuncios en la Red.

En cuanto al análisis de big data como impulsor de su competitividad, el informe de Ontsi destaca que “el análisis de grandes volúmenes de datos es aún un área de actividad poco habitual entre las compañías del panorama empresarial nacional”. En total, menos del 11% del total de empresas españolas analizadas recurrió al análisis de estos datos para mejorar su negocio.

¿Qué sectores aprovechan el impulso digital para ser más competitivos?

Turismo, información y vehículos. Estos fueron los tres sectores con una mayor implantación de las tecnologías de la información y la comunicación en 2016, especialmente en la adopción de herramientas como el cloud computing, las redes sociales, la dotación de banda ancha móvil para sus empleados o las ventas a través de comercio electrónico. En el lado opuesto, los grupos pertenecientes a la industria o al sector del transporte y almacenamiento quedan rezagados en cuanto a la implantación de estas últimas novedades en materia de TIC.