Salvador Bellver (Aedron): “La normativa sobre drones está coja”

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Salvador Bellver (Aedron): “La normativa sobre drones está coja”

El presidente de la Asociación Española de Drones y Afines considera que la ampliación del marco normativo español sobre las aeronaves debería haberse llevado a cabo con anterioridad y echa en falta una concesión más rápida de las autorizaciones de vuelo.

Descripción

Salvador Bellver es el presidente de la Asociación Española de Drones y Afines (Aedron), socio director de la empresa de servicios jurídicos IusLegal, y fundador y consejero delegado de la consultora Ciudalia Networks. Graduado en Derecho por la Universidad Católica de Valencia San Vicente Mártir, el directivo ha dedicado su carrera profesional al tándem entre jurisdicción y tecnología. Bellver, que en enero del pasado año entró a formar parte de la comisión asesora de la automatización robótica de procesos en la Aesa (Agencia Estatal de Seguridad Aérea), considera que “aunque se han aprobado nuevas normas” para impulsar el sector dron en España, estas “están cojas”.

 


Pregunta: El Gobierno comienza a actuar en materia de regulación de los drones. ¿Ha tardado?

Respuesta: Sí, tendría que haberse hecho antes. Aunque se han aprobado nuevas normas, están cojas. Falta dotarlas de reglamentos y herramientas para que se cumplan. Por ejemplo, se puede volar en ciudad y ahora mismo prácticamente nadie consigue autorización para ello porque la administración no tiene todavía los medios necesarios. Es como dejar a alguien conducir por la carretera pero no dejarle comprar un Ferrari.

P.: ¿Qué falta por mejorar?

R.: Falta algo que seguramente terminará llegando, que es una herramienta para solicitar autorizaciones para vuelos nocturnos, en ciudad, etc., que agilice la gestión. Ahora mismo, el plazo de respuesta es de hasta seis meses, por lo que si se pide una autorización para volar un dron en ciudad para dentro de un mes, no se sabe si esta va a ser aprobada o no. En la práctica lo que está ocurriendo es que prácticamente ninguna operación se está aprobando. Por tanto, falta que al operador le cueste menos solicitar las operativas y que a la Administración le cueste menos conocer el riesgo de las mismas.

P.: ¿Qué se haya tardado tres años en legalizar el primer borrador sobre drones provoca que las normas estén obsoletas?

R.: Claro. Ahora parece que hemos tenido un buen impulso con la legalización del vuelo urbano, con el nocturno, etc., pero esas oportunidades no se pueden poner a la práctica por culpa de las aprobaciones en plazos tan largos. Van a aparecer escenarios nuevos y habría que comenzar a pensar en ellos. Por ejemplo, las carreras de drones o las coreografías no se contemplan en España. Debería hacerse si se pueden llevar a cabo con seguridad y el hardware es el adecuado para que no haya ningún problema.

P.: ¿Qué repercusión inmediata tendrá el nuevo marco normativo?

R.: Abre el melón y permite volar donde antes no se podía. El 95% de los operadores que se dedica a la grabación de vídeo mediante dron encuentra una gran parte de su negocio en el vuelo en ciudad. Grabar árboles y ovejas está muy bien, pero también era necesario poder hacerlo en zonas llenas de gente, ya sea para un corto o una película, y siempre con seguridad. También se abre la puerta, por ejemplo, al control térmico de edificios, que antes no se podía hacer y ahora sí, lo que permite comprobar por donde pierde temperatura un edificio.

P.: ¿Qué negocios surgirán en los próximos años?

R.: El dron es una herramienta y lo que hace es complementar otro trabajo. No es que aparezca exclusivamente la figura del piloto de dron, sino que este complementa una actividad que ya se está haciendo, como la fotografía o la topografía. Los trabajos van a ser los mismos, pero con una herramienta que permitirá hacerlos más rápido y mejor.

P.: ¿Es probable que aparezcan negocios que sin drones no existirían?

R.: Sí, habrán nuevos modelos de negocio. También figuras como el fabricante de drones, que se encarga del mantenimiento de los componentes, así como los distribuidores y las tiendas.

P.: Fomento habla de que el espacio aéreo español se llenará de drones vigilantes, taxistas o repartidores a partir de 2035. ¿Ocurrirá? 

R.: Lo que está claro es que habrá un uso más intenso del espacio aéreo, similar a lo que ocurrió con el coche. Con el tiempo habrá más tráfico aéreo sobre nosotros, en especial cuando sea más seguro. En la industria aeronáutica se busca la seguridad completa. Por ejemplo, cuando nació el sector de los drones la seguridad primaba sobre cualquier otra cosa, y sigue primando.

P.: ¿Cómo convivirán los drones con los aviones?

R.: Muy fácil. Circularán a diferentes alturas, de forma que un avión nunca descenderá por debajo de 120 metros. Para el futuro se plantea el uso de los Notam (información para aviadores) para avisar al resto del tráfico aéreo sobre una situación. De igual modo, este también se podrá segregar, avisando al resto de que no se puede volar por cierta zona, o realizar un plan de vuelo para coordinarse y evitar problemas.

P.: ¿El reparto de paquetes por dron que planteó Amazon es cada vez más viable?

R.: Sí. Aunque la normativa actual no lo permite, estoy seguro de que algún día lo hará. Para 2020 es posible que ya se pueda repartir paquetería, aunque habrá que ver de qué tipo. Lo primordial sería abrir esta posibilidad a los hospitales para el transporte de sangre, por ejemplo, y luego para fines comerciales.