El S&P 500 podría alcanzar los 7.000 puntos pero también podría caer hasta los 5.250 y todo depende de los aranceles
Las bolsas de Wall Street enfrentan volatilidad con una caída del 10%, mientras analistas divergen sobre el futuro del S&P 500 y su posible recuperación.

Las bolsas de Wall Street han experimentado una caída del 10% en menos de un mes, aunque han mostrado señales de recuperación reciente. Sin embargo, los analistas sostienen que la liquidación de acciones podría continuar. Según Bankhim Chadha, estratega jefe de Deutsche Bank, se prevé un aumento del 24% en el S&P 500 desde sus niveles actuales. Por otro lado, Mike Wilson, director de inversiones de Morgan Stanley, advirtió que no habrá un repunte sostenible sin una resolución a los obstáculos que afectan el crecimiento y hasta que la Reserva Federal no inicie recortes en los tipos de interés.
Entre los factores que han influido en esta volatilidad se encuentran la creciente incertidumbre en torno a las políticas del presidente Trump, que impactan negativamente en las perspectivas de crecimiento económico, y las expectativas desalentadoras relacionadas con el desarrollo de la inteligencia artificial. A pesar de estos temores, recientes encuestas muestran que no hay datos concretos que respalden una caída drástica en el gasto de los consumidores y las empresas.
La reunión programada del 2 de abril podría actuar como un catalizador en los mercados financieros, ya que los inversores esperan pistas sobre posibles recortes en las tasas de interés. Chadha también predice que, si se logra resolver la incertidumbre relacionada con los aranceles, el S&P 500 podría alcanzar incluso los 7,000 puntos. Sin embargo, los analistas advierten que todavía existe la posibilidad de una caída adicional del 7% en el índice.
A pesar de que los estrategas han ajustado sus proyecciones para el S&P 500 a final de año, muchos aún ven la posibilidad de un repunte en algún momento durante 2023. Los informes de ganancias del primer trimestre, que comenzarán a publicarse el 11 de abril, brindarán más claridad sobre el impacto de la situación actual en las empresas. Algunas, como Delta Air Lines, ya han indicado que sus ganancias se verán afectadas por la disminución de la demanda interna, lo cual subraya la incertidumbre que rodea al panorama económico.
Además, aunque muchos inversores han reducido su asignación a acciones recientemente, esta todavía no ha alcanzado niveles mínimos comparables a los observados durante la guerra comercial del presidente Trump. Chadha estima que si la asignación continúa disminuyendo al mismo ritmo, el S&P 500 caería hasta aproximadamente 5,250 puntos. Sin embargo, la fecha límite del 2 de abril podría ofrecer una salida a esta incertidumbre, permitiendo que el ciclo económico continúe si se establece un plan claro respecto a los aranceles.
Por último, los analistas han observado que, aunque la ratio precio-beneficio del S&P 500 se sitúa en niveles cercanos al promedio de los últimos cinco años, aún no refleja preocupaciones significativas sobre la política económica o un debilitamiento en los fundamentos del mercado. Nicholas Colas, cofundador de DataTrek, enfatiza que aunque la situación permanece incierta, sigue siendo optimista respecto a las acciones de gran capitalización en Estados Unidos, anticipando una inversión favorable en el futuro cercano.