Strongbox es adquirido por Applause, generando expectativas y preocupaciones entre los usuarios

La adquisición de Strongbox por Applause provoca reacciones encontradas entre los usuarios, quienes esperan mejoras y temen cambios en el modelo de negocio.

La popular herramienta de gestión de contraseñas Strongbox ha sido adquirida por el equipo de desarrollo Applause. Esta adquisición ha suscitado interés y algunas preocupaciones entre sus usuarios, ya que Applause se ha comprometido a continuar y expandir el producto. Según un comunicado enviado a los clientes, el nuevo propietario promete implementar mejoras en el rendimiento, así como soporte para las últimas versiones de los sistemas operativos macOS e iOS.

Entre las mejoras prometidas por Applause se incluyen avances en la documentación y localización del software, con especial atención al idioma alemán. Se espera que un primer update de Strongbox esté disponible en breve, sin que se anticipen interrupciones en el servicio. Además, el equipo ha garantizado que el soporte para Keepass se mantendrá, lo que significa que no será necesario realizar migraciones ni ajustes en la forma de almacenar y asegurar contraseñas.

Sin embargo, la incertidumbre persiste respecto a posibles cambios en el modelo de negocio de Strongbox. Actualmente, la aplicación ofrece opciones tanto de suscripción como de compra única, permitiendo a los usuarios acceder a la versión Pro por un costo cercano a 70 euros en el App Store. Las experiencias previas con Applause en otros productos, como la aplicación Voice Dream Reader, que tras su compra modificó el acceso a ciertas funcionalidades a un sistema de suscripción, han provocado inquietud entre los antiguos usuarios de Strongbox.

Applause ha develado su intención de agregar nuevas funcionalidades a largo plazo, como mejoras en la gestión de la higiene de contraseñas, lo que podría beneficiar a la base de usuarios. Sin embargo, el escepticismo persiste, puesto que algunos clientes recuerdan con recelo la adquisición silenciosa de herramientas populares, como el menú Bartender, que levantó dudas sobre la transparencia de las decisiones de Applause.