Sudeste Asiático: la digitalización como piedra angular del mercado único
Una creciente clase media-alta, la masificación de las ciudades de la región y un mayor volumen de inversión por parte de los players digitales están contribuyendo al impulso de la economía digital en la región.
Once países, unas 20.000 islas, una población de alrededor de 650 millones de personas y un Producto Interior Bruto (PIB) combinado de 2,8 billones de dólares. El potencial de la integración económica del Sudeste Asiático, uno de los objetivos de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (Asean, por sus siglas en inglés), es latente: las previsiones apuntan a que el PIB combinado se habrá duplicado en 2030 tras crecer anualmente un 5%, mientras que el comercio electrónico escalará de 5.500 millones de dólares en 2015 hasta los 88.000 millones de dólares en 2025.
Los players de la economía digital son conscientes de ello. Empresas locales como Go-Jek ygigantes asiáticos como Alibaba están realizando inversiones millonarias para crecer en el Sudeste Asiático y asegurar su predominancia en una región que podría convertirse en la cuarta economía mundial.
Hay una serie de tendencias que están acelerando el desarrollo del Sudeste Asiático, tal y como se desprende del estudio How the digital revolution is integrating Southeast Asia’s Consumers, elaborado por The Boston Consulting Group. La primera a la que hace referencia la consultora es el incremento de la clase media-alta, que actualmente representa el 40% de la población y que para 2030 escalará hasta el 64%.
El Sudeste Asiático acucmula un PIB conjunto de 2,8 millones de dólares
Este segmento de la población contribuirá al incremento de la demanda de bienes y servicios de lujo asequible, terreno en el que se impondrá la personalización y la exclusividad (dos factores en los que el comercio digital tiene un largo recorrido). La masificación de las ciudades, por otra parte, propiciará el desarrollo de mejores infraestructuras en las ciudades, caracterizadas por su elevada congestión del tránsito, y la explosión de la economía on-demand sentará las bases para el futuro desarrollo del comercio electrónico.
Esta última tendencia ya es más que visible en el Sudeste Asiático. Sólo entre 2012 y 2016, la región asistió a la llegada de compañías como Grab, la británica Deliveroo o la alemana Foodpanda. Los servicios médicos on demand también han desembarcado en la región de la mano de grupos como Lifetrack Medical Services, Health4U Solutions o PT Halodoc.
Pese a ello, y por el momento, el comercio electrónico necesita despegar en la región. Los habitantes del sudeste asiático pueden pasar, de media, hasta cuatro horas al día conectados con su smartphone, pero las compras online representan menos del 6% del comercio en Singapur, y poco más del 3% en Indonesia.
Las compras online representan menos del 6% del comercio de Singapur
Las previsiones, sin embargo, apuntan a un cambio drástico en los próximos años. “El comercio electrónico está creciendo rápidamente, oscilando entre un incremento anual del 18% y del 40% en los diferentes países de la región”, aseguran los expertos de BCG. Las redes sociales están jugando un papel importante en este avance, dado que se han alzado como canal principal para relacionarse directamente con los compradores y, además, les permite pagar en efectivo.
La cultura del cash está fuertemente instalada en la región. Aplicaciones como Grab permiten tanto el pago a través de la app como el pago en efectivo al conductor. Pese a ello, cabe destacar la transición directa que están realizando los ciudadanos del metálico a los pagos digitales. Mientras que en Estados Unidos la proporción es de 117 tarjetas de crédito por cada cien habitantes, en Tailandia es sólo de 29 tarjetas por cada cien personas, y en Vietnam sólo 5.
Por su parte, las cuentas digitales registraron un incremento anual de entre el 75% y el 80% entre 2014 y 2017 en Indonesia, Malasia y Vietnam. “El siguiente paso es utilizar esta tendencia para impulsar las ventas digitales -indican desde BCG-; una opción sería asociarse con players asiáticos como Alipay, o competidores regionales como GrabPay”.
“Hasta el momento, la integración digital de la Asean ha sido un proceso de abajo hacia arriba, un caso de flores floreciendo”, expone el informe. El reto actual, según los expertos, es conseguir que esta integración digital gane su hueco en la agenda de los gobiernos y se convierta en una de las piedras angulares del mercado único del Sudeste Asiático. Para ello será necesario abordar un marco regulatorio que permita la libre circulación de productos entre los países del territorio y trabajar en el desarrollo de infraestructuras logísticas que facilite a las empresas encarar su crecimiento en el Sudeste Asiático como una única región.