La UE establece límites de emisiones de CO2 para coches en 2025 y 2035
La Unión Europea implementará la normativa 'CAFE' para reducir las emisiones de CO2 en vehículos, enfrentando importantes multas y desafíos para los fabricantes.
La Unión Europea está implementando la normativa 'CAFE' (Emisiones de Combustible Medias Corporativas), que exigirá a los fabricantes de automóviles reducir las emisiones de dióxido de carbono a un límite de 93,6 gramos por kilómetro a partir de 2025. Se prevé que este límite se vuelva aún más estricto, alcanzando los 49,5 gramos de CO2 por kilómetro en 2035, coincididiendo con la prohibición de facto de las ventas de vehículos de combustión interna. La normativa incluye sanciones que podrían ascender hasta 95 euros por cada gramo de CO2 que exceda el límite establecido, lo que potencialmente podría significar multas multimillonarias para aquellas marcas que no logren cumplir con las metas de vehículos 'cero emisiones'.
Desde la Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles (ACEA) se han mostrado preocupados por la necesidad de claridad en torno al empleo y las inversiones dentro del sector para poder mantener la competitividad de la industria automotriz en Europa. Aunque los fabricantes han reafirmado su compromiso con la neutralidad climática de la UE para 2050, advierten que, a diferencia de hace cuatro años, se requiere una coordinación efectiva de factores tanto internos como externos a la industria para cumplir con los objetivos de reducción de CO2. Actualmente, las ventas de vehículos eléctricos en Europa se encuentran estancadas en un 13% de la cuota de mercado, lo que representa una diferencia de 10 puntos porcentuales respecto al porcentaje requerido para cumplir con la normativa.
Las proyecciones sobre las multas que enfrentarían los fabricantes por incumplir con estas regulaciones oscilan entre 10.000 y 16.000 millones de euros. Sin embargo, algunas fuentes del mercado sugieren un impacto potencial más moderado, estimando que podría limitarse a aproximadamente 5.100 millones de euros. A pesar de ello, ejecutivos del sector advierten que la industria automotriz podría enfrentar una pérdida de hasta 16.000 millones de euros en capacidad de inversión debido a la imposición de multas, la reducción de producción y la necesidad de vender vehículos eléctricos a pérdida. Para hacer frente a estos desafíos, los miembros de la ACEA han comprometido una inversión de 250.000 millones de euros para la transición hacia la movilidad eléctrica.
Algunas naciones, como Francia e Italia, han intentado presionar a Bruselas para retrasar la implementación de esta normativa. La propuesta de Francia buscaba formar una coalición en contra de las sanciones en el ámbito europeo, mientras que Italia ha solicitado una revisión exhaustiva de la normativa debido a temores sobre un posible 'colapso' de la industria automovilística. Rumanía, país clave para el grupo Renault, también se opone a las estrictas metas de electrificación, argumentando que son demasiado ambiciosas y podrían impactar negativamente a su industria local.