La Unión Europea también esta matando las aerolíneas a base de impuestos y regulaciones
El transporte aéreo en Europa enfrenta un grave declive desde 2010, amenazado por la competencia global y regulaciones estrictas, planteando un futuro incierto.
Desde 2010, el transporte aéreo en Europa ha experimentado un notable declive, afectado por una creciente competencia de aerolíneas asiáticas y del Golfo, así como por regulaciones ambientales estrictas y altos costos operativos. La cuota de mercado de las aerolíneas europeas ha disminuido del 30% en 2010 al 24,6% en 2023, y se proyecta que caiga al 19,5% para 2043, mientras que los mercados de Asia-Pacífico están en auge.
Los líderes de aerolíneas y aeropuertos europeos han expresado su frustración por la falta de acción de la Unión Europea en mejorar la competitividad del sector. Un ejecutivo de una aerolínea del Golfo llegó a afirmar que "Europa ha hecho su tiempo", señalando la inacción de Bruselas ante los desafíos. La falta de respuesta puede resultar en un estancamiento para el sector, que se encuentra en un punto crítico, especialmente en un contexto donde el tráfico aéreo sigue creciendo tras la pandemia.
Las dificultades para las aerolíneas europeas provienen de diversos factores: altos costos laborales, el precio del combustible, el uso de biocombustibles que, en ocasiones, llegan a ser seis veces más caros que el combustible aeronáutico convencional, así como restricciones impuestas por las regulaciones de la UE sobre fusiones y consolidaciones. A esto se suma la competencia desleal de las aerolíneas extracomunitarias, que aprovechan las ventajas de operar fuera de las estrictas normativas europeas.
A medida que Asia y el Medio Oriente experimentan un crecimiento vertiginoso, las inversiones significativas en infraestructura aérea de países como Arabia Saudita, Qatar e India aumentan su competitividad. Arabia Saudita, por ejemplo, busca triplicar su volumen de pasajeros y ha creado Riyadh Air, mientras que Qatar está desarrollando el mayor terminal aeroportuario del mundo. En contrapartida, en Europa, ciudades como Ámsterdam han comenzado a limitar vuelos, y proyectos de expansión en aeropuertos clave están estancados.
La situación es crítica, y expertos en la industria advierten que las políticas actuales de la UE podrían acelerar el declive del sector. La necesidad de un enfoque más flexible y menos regulado es evidente para permitir a las aerolíneas europeas competir eficazmente a nivel global, y se destaca la urgencia de que Bruselas forme una estrategia que propicie la consolidación y el crecimiento dentro de un marco competitivo.
Parte del sentimiento de los líderes de la industria es que, si la UE no se adapta a los cambios globales, el futuro del transporte aéreo europeo podría estar en serios problemas, arriesgando la conectividad vital del continente con el resto del mundo. La llamada a la acción es clara: para mantener su relevancia, Europa debe reconsiderar su postura regulatoria y enfocarse en fortalecer su infraestructura y operaciones aéreas.